GINEBRA.- Entre 1.600 y 1.800 personas podrían haber muerto a causa del terremoto que sacudió el lunes la provincia de Baglan, en el norte de Afganistán, según las últimas informaciones recibidas por organizaciones de la ONU.
El sismo, que alcanzó una magnitud de 6,3 en la escala de Richter, afectó especialmente a dos distritos de Baglan y las primeras evaluaciones indican que los daños materiales han sido enormes, explicó hoy el portavoz de la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Peter Kessler.
El terremoto, que se produjo hacia las 19.00 hora local, y varias fuertes réplicas posteriores que duraron hasta las 05.50 horas, alcanzaron a cinco pueblos del distrito de Nahin y a algunas áreas del distrito de Burqa, aunque el movimiento se pudo sentir incluso en Kabul.
La portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Elizabeth Byrs, dijo que al menos 10.000 casas han quedado destruidas y el número de fallecidos podría alcanzar los 1.800, según las últimas informaciones recibidas de la oficina del primer ministro afgano, Hamid Karzai.
La ACNUR ya ha comenzado a distribuir tiendas de campaña en el distrito de Nahin, pero ahora la necesidad más urgente son las medicinas.
Kessler indicó además que están advirtiendo a las autoridades de Pakistán de lo que ha ocurrido ya que muchos de los refugiados al cuidado de ACNUR que están en el país vecino proceden de esta región y ahora las condiciones no permiten su regreso.
Asimismo, un equipo de evaluación de la ONU, con miembros de ACNUR, de la OCHA y de UNICEF partió esta mañana de Pul-I-Khumri para intentar llegar a la zona afectada, situada a unas dos horas en coche hacia el sur.
Uno de los principales problemas es la dificultad de acceso a esta provincia, según explicó la portavoz de UNICEF, Wivina Belmonte, quien indicó que ya han enviado el primer convoy de ayuda médica desde Tayikistán.
