BUENOS AIRES.- Argentina no aplicará un nuevo plan de convertibilidad ni otro sistema para fijar el tipo de cambio, aseguró hoy el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, al desmentir las versiones que señalaban que el gobierno podría apelar a esos recursos para poner un freno a la devaluación del peso.
"No podemos estar cambiando de rumbo porque un día el dólar se fue para arriba. Estas cosas no nos deben distraer", afirmó el jefe del Palacio de Hacienda, quien además respaldó la política monetaria del Banco Central (BCRA, emisor).
Remes Lenicov descartó así las versiones que circularon tras la fuerte estampida que registró el dólar el viernes y el lunes último, cuando llegó a tocar los 4,00 pesos.
Diversas fuentes habían señalado en las últimas horas que en el gobierno se analizaban diversas propuestas para fijar el tipo de cambio como recurso para frenar la escalada del dólar, que desde enero depreció a la moneda argentina en un 65 por ciento.
Entre las iniciativas que se habrían estudiado se encuentran la adopción de un nuevo plan de convertibilidad con otra paridad con la divisa estadounidense -similar al que desde 1991 hasta enero último ató el valor de un peso a un dólar-, el establecimiento de una banda de flotación o de una canasta de monedas.
La iniciativa de anclar la paridad entre el peso y el dólar también es resistida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el lunes próximo iniciará una nueva misión evaluatoria de las cuentas públicas y el plan económico de Argentina.
El jefe del Palacio de Hacienda aseguró por otra parte que "la Argentina está dejando de caer". "Vamos a salir antes de julio", anticipó, reafirmando el pronóstico del presidente, Eduardo Duhalde, acerca de que el 9 de julio el país festejará la independencia nacional y el fin de casi cuatro años de recesión.
Remes Lenicov aclaró sin embargo que el proceso será "lento y no explosivo". Entretanto, el equipo económico se encuentra delineando un paquete de medidas para frenar la crisis y contener la devaluación del peso.
El plan se basaría en una reestructuración del sistema financiero -que podría incluir una nueva flexibilización de las restricciones al retiro de fondos de los bancos- y una reforma tributaria para mejorar la recaudación y con un eventual aumento de los impuestos a las exportaciones.
También buscaría lograr el compromiso del Congreso para votar modificaciones a las leyes de quiebra y de subversión económica, uno de los reclamos del FMI para restablecer la seguridad jurídica del sector privado, según su postura.
