CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa cumplió hoy con una de las tradiciones de su Pontificado en la jornada de Viernes Santo y este mediodía acudió a la Basílica de San Pedro para confesar a algunos fieles.
Juan Pablo II, como ha hecho otros años, se instaló en uno de los confesionarios del templo y procedió a escuchar a algunos fieles, como un simple sacerdote.
El Pontífice llegó a la basílica en la pequeña plataforma móvil que emplea de manera habitual desde que una dolorosa artrosis de la rodilla derecha le dificulta los movimientos, y en el templo fue aplaudido por los presentes.
La agenda del Papa para esta jornada incluye, esta tarde, su presencia en los oficios religiosos propios de la festividad y por la noche presidirá el Vía Crucis en el Coliseo de Roma.
No obstante, el Sumo Pontífice ha reducido su participación en las ceremonias de Semana Santa y otras de la Semana Mayor debido a su salud.
El Papa, que cumplirá 82 en mayo y que sufre de mal de Parkinson, ha cedido su sitio a otros prelados en el altar mayor durante las ceremonias, y parece que continuará haciéndolo hasta el Domingo de Pascua.
Por primera vez en sus 23 años de papado, Juan Pablo II permitió que los cardenales Angelo Sodano y Roger Etchegaray llevaran a cabo el ritual de lavado de pies de varios sacerdotes, que se realiza el Jueves Santo y que simboliza la humildad.
Hace un año, el Papa podía recorrer el lugar donde doce sacerdotes, vestidos de blanco, le esperaban sentados. Les lavaba el pie derecho, los secaba y besaba sus pies.
La Semana Santa es una prueba para Juan Pablo II porque la agenda de presentaciones en público es muy apretada.
La procesión de Viernes Santo, que simboliza la ruta de Jesús hacia la crucifixión, ha sido modificada en atención a la salud y edad del Papa. Antes cargaba una cruz de madera durante todo el trayecto, de unos 800 metros, pero dejó de hacerlo el año pasado.
Los síntomas del mal de Parkinson eran evidentes el jueves. Las manos del Pontífice temblaban mucho, y en ocasiones no podía hablar. También parecía tener poco equilibrio ya que debió aferrarse a un riel con una mano para dar la bendición con la otra.
El Vaticano no ha mencionado la salud del Papa esta semana, pero el 23 de febrero informó que sufre de una enfermedad llamada artrosis en la rótula de una de sus rodillas. Desde entonces han sido canceladas algunas de sus actuaciones públicas.
Marco Politi, biógrafo papal, escribió el viernes en el diario romano La Repubblica que los asistentes del pontífice se preguntan si podrá subir o bajar las escaleras de un avión, ya que tiene programado visitar Bulgaria en mayo, Canadá, México y Guatemala en julio y a Polonia en agosto.
Agregó que el Vaticano ha rechazado las sugerencias de que el Papa debe usar una silla de ruedas.