RAMALLA, Cisjordania.- El Ejército israelí controla el cuartel general de Ramallá (Cisjordania) del presidente palestino Yasser Arafat, cuyo aislamiento del mundo exterior fue brevemente interrumpido por la visita de cuatro militantes pacifistas europeos.
"El presidente Arafat está más decidido que nunca a continuar su resistencia. Lo vimos en una sala del primer piso del inmueble donde están sus oficinas", explicó la francesa Claude Léostic, que junto al militante anti-mundialización francés José Bové, un suizo y un norteamericano pudo hablar con el líder palestino durante unos veinte minutos.
Se trata de las primeras personas que se reúnen con el líder palestino desde que las tropas israelíes lanzaron el asedio de su cuartel general ayer al amanecer.
Los tanques israelíes rodearon el sábado el cuartel general de la seguridad preventiva en Cisjordania, cerca de Ramallá, donde se encuentra su jefe Jibril Rajub.
El Ejército ocupó también la sede de la radio oficial palestina e interrumpió su programación.
Israel acogió fríamente la resolución 1402 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en la que se le llamaba a retirarse de Ramallá, un texto que los palestinos consideraron "positivo".
La Unión Europea (UE) pidió su "aplicación inmediata y total".
Los enviados especiales de Rusia, Estados Unidos, la UE y la ONU se reunirán el sábado en Jerusalén, según el jefe de la diplomacia rusa, Igor Ivanov.
Por su parte, el ministro palestino de Cooperación Internacional, Nabil Chaath, afirmó en Amman que Israel había pedido a los extranjeros que
salieran de los territorios palestinos en previsión de su "ocupación total".
Atrincherado junto a unas decenas de fieles en un edificio de su cuartel general totalmente ocupado por el Ejército israelí, Arafat, que ya no puede recargar las baterías de sus teléfonos móviles porque está privado de electricidad, consiguió hablar con el Primer Ministro, turco Bulent Ecevit.
Llamó a Israel a tener en cuenta la última resolución del Consejo de Seguridad y aseguró que no tenía ni agua ni comida.
Los cuerpos de cinco palestinos, muertos de un balazo en la cabeza, fueron hallados en un edificio de Ramallá que había sido ocupado por soldados israelíes, elevando a diez el número de palestinos muertos en dos días.
El Ejército extendió hoy el alcance de sus operaciones efectuando a última hora de la tarde una breve incursión en un sector autónomo de Hebrón, después de haber enviado por la noche sus tanques a ocupar la localidad autónoma de Beit Jala, cerca de Belén.
Más tarde, los tanques israelíes efectuaron incursiones en las localidades de Beit Lahia (norte de la Franja de Gaza) y Tal al Sultán, cerca de Rafah (sur), según los servicios de seguridad palestinos.
Sharon, que afirmó que esa acción militar durará "varias semanas", reunirá el domingo a su gabinete de seguridad para analizar la continuación de las operaciones.
El Ejército llevó a cabo el sábado detenciones masivas en Ramallá entre la población masculina de entre 16 y 50 años, según fuentes palestinas. Antes, el Ejército señaló que había detenido en total a 145 palestinos y añadió que estaban siendo interrogados.
En tanto, dos responsables, Sajer Habache, miembro del Comité Central del Fatah, el movimiento de Arafat, y Abdelkarim Qais (conocido como Abú Leila), subsecretario general del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), figuraban entre los detenidos.
El Fatah llamó a todos los grupos palestinos a "atacar y a intensificar sus operaciones contra las fuerzas de ocupación y los colonos" israelíes.
Asimismo, dos palestinos y un guarda fronterizo israelí resultaron muertos en un tiroteo cerca de la localidad árabe de Barka al Gharbieh, en territorio israelí.
Por su parte, el Hezbolá libanés
disparó hoy contra las fuerzas israelíes en el controvertido sector de las granjas de Chebaa, en el sur del Líbano, provocando la respuesta de la aviación y de la artillería israelíes.
Manifestaciones espontáneas de protesta y de apoyo a Arafat congregaron a varios miles de personas en distintos campamentos de refugiados palestinos en Líbano y Jordania.
Unos 10.000 árabes israelíes participaron en una manifestación pacífica en el norte de Israel coincidiendo con el "Día de la tierra", que conmemora la muerte de seis de ellos el 30 de marzo de 1976 durante las protestas contra confiscaciones de tierras.