MONTEVIDEO.- Los presidentes de Argentina y Brasil, Eduardo Duhalde y Fernando Henrique Cardoso respectivamente, deploraron la escalada de violencia en el Medio Oriente y abogaron por un pronto retorno a la senda del diálogo, mientras que el
Gobierno cubano achacó la mayor parte de la responsabilidad de la crisis actual al Gobierno del Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, y manifestó su solidaridad con los palestinos.
En Argentina, país que tiene una numerosa y activa comunidad judía, el Presidente Eduardo Duhalde dijo que el conflicto entre israelíes y palestinos "es una situación que hiere a toda la humanidad. Terrorismo, violencia: es una situación muy, muy afligiente".
El país sudamericano ha tenido su cuota de violencia y en los años noventa sufrió dos importantes atentados: uno a la embajada de Israel el 17 de marzo de 1992, en el que murieron 29 personas, y la voladura de la mutual judía AMIA, el 18 de julio de 1994, con 85 víctimas fatales.
A partir del recrudecimiento de los enfrentamientos en Medio Oriente, el Gobierno argentino reforzó la seguridad en distintos centros judíos y árabes del país, y en la triple frontera que comparte en el nordeste con Brasil y Paraguay (una zona donde gran parte de la población es de origen árabe).
"Es muy difícil lograr la paz en esa región, pero no hay que desmayar en la idea en que hay que insistir para que progrese", afirmó Duhalde en su programa de radio semanal.
Por otro lado, en el país más grande del continente sudamericano, Brasil, el Presidente Fernando Henrique Cardoso pidió a los principales líderes mundiales que ayuden a israelíes y palestinos a poner fin a una situación de violencia que "ya sobrepasó los límites".
"Esta situación ya sobrepasó los límites. No es posible que en el Siglo XXI todavía se continúe actuando como si estuviésemos en la época del pre nazismo", dijo a la prensa el Mandatario brasileño.
Por su parte, la Cancillería brasileña emitió una nota en la que deploró "vivamente los ataques realizados contra la infraestructura de la ANP, que amenazan la propia seguridad física del presidente Yasser Arafat y su capacidad de intervención efectiva como interlocutor del proceso de paz en la región".
La diplomacia también exhortó a las partes a cumplir la resolución 1.402 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige que las dos partes se comprometan inmediatamente con un alto el fuego constructivo y llama al retiro de las tropas israelíes de las ciudades palestinas, incluida Ramallá.
La Iglesia Católica salvadoreña también deploró la violencia que sacude a la región. "Nos da mucho dolor que en la tierra que Jesucristo nació y donde ocurrieron todos los acontecimientos que celebramos (en la Semana Santa) hay una guerra tan despiadada", dijo el arzobispo de San Salvador, Fernando Sáenz, tras oficiar la misa de Domingo de Resurrección.
