CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano, que hizo hoy un llamamiento para que se respeten las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el Medio Oriente, convocó a los embajadores de Israel y Estados Unidos para tratar, sobre todo, la "dramática" situación de
Belén, asediada por fuerzas israelíes, y escenario de disparos y bombardeos.
A través de su portavoz, Joaquín Navarro Valls, la Santa Sede expuso hoy la posición de la Iglesia Católica en relación con la crisis palestino-israelí, que es vista desde el Vaticano con gran preocupación, como lo demuestran las palabras frecuentes del Papa Juan Pablo II en favor de la paz y el diálogo.
La posición vaticana consta de cinco puntos, entre los que figura la "condena inequívoca del terrorismo, de cualquier parte que provenga", así como la "reprobación de las condiciones de injusticia y humillación impuestas al pueblo palestino y también de las represalias, las cuales no hacen otra cosa que incrementar el sentido de frustración y odio".
Los demás apartados son el "respeto a las resoluciones de la ONU por parte de todos; la proporcionalidad en el uso de los medios legítimos de defensa y el deber para las partes en conflicto de titular los lugares sagrados, muy significativos para las tres religiones monoteístas y patrimonio de la entera Humanidad".
Estos planteamientos han estado sobre la mesa en las conversaciones que destacados integrantes de la jerarquía vaticana han llevado a cabo con representantes de los países y organizaciones protagonistas en la región.
Así, Navarro daba cuenta hoy de que el Secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Jean-Louis Tauran, ha convocado por separado a los embajadores ante el Vaticano de Israel y los Estados Unidos, para sobre todo de la "dramática" situación de Belén.
Asimismo, las gestiones vaticanas han pasado también por la entrevista del adjunto a la Secretaría para las Relaciones con los Estados, monseñor Celestino Migliore con el representante de la Liga Arabe ante la Santa Sede, al que ha subrayado "la necesidad de poner fin a los actos indiscriminados de terrorismo".
Por su parte, el Secretario de Estado, cardenal Angelo Sodano y su adjunto, monseñor Leonardo Sandri, están en contacto continuo con el Patriarcado Latino de Jerusalén y con las comunidades religiosas de Belén, a las que transmiten "toda la solidaridad del Santo Padre en este doloroso momento".
Juan Pablo II ha abogado tradicionalmente por el diálogo y la solución pacífica cuando ha hablado de la crisis en el Medio Oriente y en días pasados, durante la Semana Santa, insistió en esos argumentos, al tiempo que pidió a la comunidad internacional que pasara de las palabras a los hechos concretos para acabar con el conflicto.
La impresión que el contencioso palestino-israelí causa en Vaticano también la ha dado su periódico, L'Osservatore Romano, al publicar que "raramente la historia ha sido violentada con esta rudeza y empujada por una clara voluntad de ofender la dignidad de un pueblo".
Sobre la actitud israelí en estos momentos apunta que "lo que está sucediendo se configura como un ataque contra personas, territorios, lugares santos: la tierra de Jesucristo es profanada a hierro y fuego, y es víctima cotidiana de una agresión que se convierte en exterminio".