BELEN, Cisjordania.- Una veintenas de combatientes palestinos continuaban ocultándose este miércoles en uno de los santuarios más venerados de la cristiandad, la Iglesia de la Natividad en Belén, para refugiarse de las tropas israelíes que invadieron la ciudad.
Las fuerzas israelíes expandieron su ofensiva en Cisjordania este miércoles en la madrugada, tomando control de las ciudades palestinas de Jenín y Salfit, y rodeando el campamento de refugiados de Jenín, bastión de elementos militantes.
Los tanques y helicópteros artillados se tirotearon con centenares de hombres armados en el campamento. Tres milicianos, un enfermero y un niño de 13 años murieron en el enfrentamiento, dijeron líderes militantes.
En Belén, ni Israel ni los palestinos han logrado poner fin a la situación en que gran número de policías y militantes palestinos se refugiaron en la Iglesia de la Natividad, construida sobre en que la tradición sitúa el nacimiento de Jesús. Los hombres armados se abrieron paso hasta el santuario el martes luego de horas de intensos combates con las fuerzas israelíes.
En la iglesia, los sacerdotes se vieron obligados a dar refugio a policías y milicianos palestinos. Mientras los soldados israelíes rodeaban la iglesia, los palestinos descansaban en el piso de piedra y en los banquillos, dijo Samir, un policía palestino en el interior del templo.
Samir, quien sólo proporcionó un nombre, negó las acusaciones israelíes de que ellos disparaban desde la iglesia. "En primer término, la mayoría se quedó sin balas, y en segundo lugar estábamos completamente rodeados", dijo Samir por teléfono.
El vocero del ejército, general brigadier Ron Kitrey dijo que Israel no usará la fuerza para sacar a los palestinos de la iglesia, pero que tampoco los dejará libres. Raanan Guissin, asesor del Primer Ministro israelí Ariel Sharon, dijo que los combatientes "abusan de las iglesias y lugares sagrados en Belén como refugios y como plataformas de ataques a nuestras fuerzas".
El gobernador palestino de Belén, Mohamed Madani, dijo que Israel no ha respondido a las peticiones de alimentos y medicinas para los cerca de 200 personas en el interior de la iglesia, incluidos sacerdotes, monjas y civiles palestinos. Diez de los combatientes estaban heridos, incluyendo uno grave, dijo Madani.
Los cadáveres de cuatro combatientes muertos el martes permanecían en la calle porque los servicios de rescate no podían llegar al lugar. Dos cuerpos más fueron hallados la noche del miércoles, uno en una mezquita y otro en una iglesia.
Entre los cuatro palestinos muertos en el campamento de refugiados había un niño de 13 años, un enfermero de 27 e Izad Amer, líder local del grupo Brigada de Mártires Al Aqsa, una milicia asociada con el movimiento Fatah del líder palestino Yasser Arafat.
En Ramallá, Cisjordania, Arafat permanecía confinado en sus oficinas por las tropas y tanques israelíes. El complejo de oficinas del líder palestino está ahora rodeado de alambradas de púas.