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Extienden por 24 horas paro general en Venezuela

La paralización fue ampliada en demanda de una reunión urgente entre el Gobierno y los trabajadores petroleros disidentes.

09 de Abril de 2002 | 21:30 | AP
CARACAS.- Asediado por una ola de protestas, el Presidente venezolano Hugo Chávez minimizó el paro general que fue extendido este martes por 24 horas más por las mayores organizaciones empresariales y sindicales de Venezuela.

"A este Gobierno no lo tumba nadie porque está orientado por el amor de un pueblo (...) que está consciente, una fuerza armada consciente de sus responsabilidades", afirmó Chávez durante una visita a un barrio del oeste de Caracas, mientras que en el otro extremo de la ciudad varios miles de manifestantes pedían la renuncia del Mandatario.

El paro, que inicialmente había sido pautado para este martes en protesta por los despidos realizados en la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), fue ampliado por 24 horas más en demanda de una reunión urgente entre el Gobierno y los trabajadores petroleros disidentes.

"Ante la constatación de que nada se ha resuelto, es decir, una vez más el Gobierno mantiene una invariable posición prepotente, invariable en sus posiciones, pese al éxito del paro, hemos decidido extender el paro otras 24 horas más, esperanzados que el Gobierno finalmente rectifique", dijo Pedro Carmona, presidente de Fedecámaras, la mayor agrupación empresarial del país.

Fedecámaras, cuyas empresas generan cerca del 90% de producto interno del país, y las organizaciones sindicales coincidieron que la protesta de este martes fue acatada en 80%.

Varios miles de manifestantes opositores culminaron las protestas en los alrededores de uno de los edificios administrativos de PDVSA, ubicado en el este de Caracas, donde realizaron una gran concentración popular.

Entre banderas nacionales y pancartas alusivas contra Chávez los manifestantes voceaban consignas tales como "ni un paso atrás, fuera" y "se va, se va, se va".

Protestas similares se registraron en la ciudad occidental de Maracaibo, la segunda ciudad del país.

El comandante de la policía metropolitana, Henry Vivas, declaró que los cuerpos de seguridad debieron utilizar bombas lacrimógenas para controlar enfrentamientos entre un grupo de simpatizantes de Chávez y cientos de trabajadores petroleros disidentes que intentaban protestar frente a las puertas de una de las sedes de PDVSA, en el este de Caracas.

Unos 2.000 policías antimotines, apoyados con bombas lacrimógenas, escudos y bastones, separaron a los grupos en pugna, mientras unos 200 agentes guardias nacionales se sumaron a la custodia de las instalaciones de PDVSA.

Como saldo preliminar de los enfrentamientos, las autoridades informaron de por lo menos 18 heridos, entre ellos un concejal oficialista del municipio Libertador de Caracas, que encabezaba una caravana cerca del edificio de la petrolera.

El concejal Néstor Henríquez junto a su chofer fueron golpeados por un grupo de activistas que respaldan a los trabajadores rebeldes, luego que embistieron con su vehículo a un manifestante opositor y a un policía.

El automóvil fue después virtualmente demolido a golpes. Henríquez y el resto de los simpatizantes del Gobierno que integraban la caravana se retiraron del lugar bajo una lluvia de piedras.

Richard Blanco, secretario político del partido opositor Alianza Bravo Pueblo, justificó la golpiza que recibió el edil argumentando que es parte de "las bandas armadas que él (Presidente Chávez) incita con su discurso demagógico y agresivo".

El conflicto en PDVSA surgió cuando el Gobierno nombró una junta directiva y los ejecutivos de la empresa afirmaron que las designaciones fueron motivadas por razones políticas y no por méritos profesionales. El Gobierno rechaza las acusaciones.

Un vocero de la estatal petrolera informó que el complejo petrolero de Paraguaná bajó este martes su producción a menos de la mitad. Allí se procesan unos 950.000 barriles al día y refina 70% de los productos que produce la industria petrolera venezolana.

El gerente de servicios industriales de Paraguaná, José Bocardo, declaró que para efectos reales el mayor complejo del país está "virtualmente" paralizado debido a que algunas plantas no están funcionando.

El paro es el segundo que enfrenta en cuatros meses el Gobierno de Chávez, cuya popularidad está en picada.

Según analistas, de resultar exitoso el paro, podría representar para el país pérdidas por el orden de los 479,2 millones de dólares, que equivalen al aporte de una jornada hábil al producto interno bruto venezolano.

Para contrarrestar la convocatoria, el Gobierno recurrió a cadenas de radio y televisión cada hora, en las que se presentaron a dirigentes sindicales oficialistas y miembros del Gobierno rechazando la protesta.
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