LA HAYA, Holanda.- Mujeres musulmanas bosnias protestaron este jueves frente al parlamento holandés contra un informe exhaustivo que no especifica culpas por la masacre en Srebrenica, ocurrida en 1995 en una zona que supuestamente estaba bajo protección de soldados holandeses de la ONU.
Editoriales de diarios condenaron enérgicamente a los líderes políticos de aquel período, que todavía están en funciones y que se preparan para las elecciones del mes entrante.
Las manifestantes les instaron a aceptar responsabilidad por los hechos. Algunos apoyan las demandas de que se realice una investigación parlamentaria que obligaría a los ministros del gabinete a atestiguar bajo juramento.
El prestigioso "Instituto Holandés para la Documentación de Guerra" señaló el miércoles que el batallón holandés en Srebrenica se hizo a un lado cuando las fuerzas serbio-bosnias -bajo las órdenes del general Ratko Mladic- desalojaron a miles de hombres del campamento francés y los llevaron a la muerte.
A pesar de que los soldados debieron supervisar el desalojo, estaban incapacitados por un directrices poco claras de las Naciones Unidas y de su propio gobierno, y habían sido enviados a una misión imposible, señaló.
El informe, de 7.600 páginas, señala que el gobierno holandés acordó en 1993 enviar un batallón a Bosnia, no sólo por razones humanitarias, sino para mejorar la credibilidad internacional y el prestigio de Holanda. Los soldados no estaban bien entrenados para una misión que en su mayor parte era indefinida.
También culpa a la ONU por ofrecer una zona segura para musulmanes bosnios sin proporcionar los medios para protegerlos, lo que "creó una ilusión de seguridad en la población".
El principal sindicato del ejército holandés advirtió que podría pedir una investigación criminal relacionada con los hallazgos de la investigación, según la cual no se le entregó al gobierno información vital sobre la masacre para proteger la imagen del ejército.
El informe provocó enojo entre sobrevivientes y familiares de las víctimas porque se repartió culpas sin señalar claramente a un responsable.
Unas 100 mujeres formaron un círculo frente a la entrada del edificio parlamentario portando cuadrados de tela, cada uno con el nombre, fecha de nacimiento y población de origen de una de las víctimas. Dijeron que llevaron 2.000 piezas.