LA HABANA.- El gobierno cubano congregó el sábado a millares de personas para protestar contra el derrocamiento del presidente venezolano Hugo Chávez y contra las gestiones de nueve países latinoamericanos por lograr una censura internacional a la política de derechos humanos de la isla.
"La verdad es que en Venezuela ha habido un golpe", dijo Bruno Rodríguez, embajador de Cuba ante Naciones Unidas, a la muchedumbre congregada para la concentración semanal, que esta vez se realizó en la comunidad de Güira de Melena, en la provincia de La Habana.
El Presidente Fidel Castro, que consideraba a Chávez como un amigo, se encontraba en la primera fila del público, pero no habló. Castro no ha hablado todavía públicamente acerca de la caída del gobierno venezolano.
El vicepresidente Carlos Lage y el hermano mayor de Castro, Ramón, estaban entre las numerosas figuras que asistieron al acto, que según el gobierno congregó a 15.000 personas.
Rodríguez criticó a los Estados Unidos por no condenar el derrocamiento de Chávez diciendo que "los yanquis están casi siempre detrás de los golpes" de estado, y se dedican a "instalar dictadores".
El embajador cubano también expresó preocupación por la seguridad de Chávez, debido a informes recibidos de su hija María Gabriela Chávez, quien dijo que su padre había sido sacado de la base militar donde estaba detenido y llevado a un lugar desconocido.
Rodríguez también criticó una propuesta de nueve países latinoamericanos, encabezados por Uruguay, para que la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas censure a Cuba.
El embajador se preguntó que proyectaba hacer esa comisión acerca de la destitución de Chávez, que caracterizó como el derrocamiento de un presidente electo por los "oligarcas" venezolanos.
Castro aludió una vez a Chávez como "un hombre digno de admiración y respeto", y visitó Venezuela tres veces después de la elección de aquel como presidente de ese país. Su visita más reciente fue en agosto, con ocasión de cumplir 75 años de edad.
Los detractores de Chávez lo acusan de tratar de "cubanizar" a Venezuela, pero sus partidarios dijeron que su revolución era original y no necesitaba imitar los modelos de otros países.
