CARACAS.- En una agitada jornada con brotes de violencia y retrasos para la asunción del nuevo Gobierno, los militares venezolanos condicionaron su apoyo a esa administración a que se realicen correctivos "inmediatos" y se permita la salida del país del derrocado presidente Hugo Chávez.
La exigencia pareció tener su efecto en medio de una serie de intensas reuniones entre civiles y militares: el Presidente interino, el empresario Pedro Carmona, afirmó que convocará a una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional, para que como primer acto le juramente como Mandatario venezolano, y llame a elecciones "de forma rápida".
Dijo además que Chávez saldría del país en pocas horas, sin precisar su destino.
"De esta manera se está restituyendo plenamente el funcionamiento de la Asamblea Nacional y confirmando que sea este importante órgano del poder público a que proceda de inmediato a las demás designaciones y a la juramentación del presidente transitorio", dijo Carmona a la cadena CNN.
El empresario, sin embargo, no precisó una fecha para esas elecciones. El plazo inicialmente dado por el Mandatario interino, de realizar elecciones en un año, "fue acortado...en aras de la mejor conveniencia nacional".
Los militares venezolanos, partidos opositores y organizaciones sindicales parecieron molestos con las primeras medidas de Carmona, y que por medio de un decreto el viernes disolvió poderes públicos, desde la Asamblea hasta el Tribunal Supremo.
"Las fuerzas armadas apoyan esta transitoriedad (de gobiernos) siempre y cuando cumpla con la constitución nacional", dijo el general Efraín Vásquez, comandante del ejército, en una declaración desde el comando militar.
El oficial no se refirió a reportes de que al menos una base militar en la provincia que se declaró en rebelión y exigía el respeto a normas constitucionales.
Vásquez, declinando responder preguntas de los reporteros, solo enumeró una docena de condicionamientos, desde la restitución de los poderes hasta "la petición del ciudadano Hugo Chávez Frías de salir del país de forma inmediata".
Aunque Carmona no precisó el destino de Chávez, dada la historia de cercanas relaciones entre el depuesto Mandatario y el gobierno de La Habana, no se descarta que viaje hacia esa isla.
Tanto Carmona como los militares garantizaron la seguridad e integridad física de Chávez.
La jornada de este sábado es parte de la peor crisis política que conozca este país y que se desató con violentas manifestaciones callejeras el jueves y en las que murieron al menos 16 personas y decenas resultaron heridas.
En medio del desorden, los mandos militares -alegando que buscaban evitar un baño de sangre- presionaron por una salida de Chávez. La oficialidad informó entonces de una renuncia del presidente el viernes en la madrugada y el confinamiento del expresidente en el "Fuerte Tiuna", o el mayor complejo castrense al suroeste de la capital.
En las calles del centro de Caracas, entre tanto, se podían escuchar desfiles de autos y motocicletas con silbatinas y dando vivas a Chávez. Las caravanas se produjeron después de que en la mañana se suscitaran brotes de violencia en distintos puntos de la ciudad.
En medio de esas manifestaciones, Carmona salió hace algunas horas del palacio presidencial de Miraflores, en el centro capitalino, y se dirigió al fuerte, según dijo Jesús Briceño, un vicealmirante retirado y ministro de la Secretaría de la Presidencia del gobierno interino.
Frente a la casa gubernamental, en el llamado Palacio Blanco o la sede de la guardia militar presidencial, decenas de militares permanecían reunidos y recibían a dirigentes que fueran ministros de Chávez, como Aristóbulo Iztúris.