CARACAS.- Con boinas rojas y ondeando banderas de Venezuela, cientos de seguidores de Hugo Chávez celebraban la tarde de este domingo frente al Palacio presidencial de Miraflores, en pleno corazón de Caracas, el retorno al poder de su presidente, después de un golpe de Estado de menos de 48 horas.
"No nos hemos movido de aquí, la victoria es nuestra", afirmó Eyuminada Bolívar, de 50 años, quien permanecía, desde horas de la madrugada, en las afueras de la sede presidencial.
Habitantes de los barrios más populares de Caracas e incluso de otras ciudades de Venezuela, país rico en petróleo pero con un 80% de pobres, montaron una verdadera fiesta, con música y ventas de comidas, frente al Palacio de Gobierno.
"La lucha es de clases", "Fuera los golpistas", "Abajo la tiranía", "Viva Chávez", se leía en pancartas que llevaban los manifestantes y en grafitis pintados en las paredes de Miraflores.
Llevando sobre su cabeza una boina roja, símbolo del movimiento político de Chávez, Aurora Urbina, de 47 años, paseaba orgullosa una enorme foto de Chávez en medio de la manifestación. "Lo tenían secuestrado, los ricos nos lo quisieron arrebatar, pero lo hemos recuperado y estamos llenos de júbilo", dijo.
Muchos de los manifestantes clamaban justicia contra el grupo de militares y la cúpula empresarial reunida en Fedecámaras -de cuyo seno salió el presidente interino Pedro Carmona- que el jueves, tras violentos enfrentamientos entre opositores y partidarios de Chávez, dieron el golpe al jefe de Estado.
"¿Dónde está la OEA y los derechos humanos?", se cuestionaba en un mensaje plasmado con tinta roja en una de las paredes de los edificios del centro de Caracas.
De hecho, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el colombiano César Gaviria, tiene previsto arribar a Caracas la tarde del lunes, para investigar lo sucedido y emprender las gestiones diplomáticas necesarias para normalizar la institucionalidad democrática en el país, aseguró a la AFP un portavoz de la cancillería.
La OEA instó "a la normalización de la institucionalidad democrática en Venezuela" en el marco de la Carta Democrática Interamericana, aprobada en Lima el pasado 11 de setiembre, y que incluye sanciones para los países que rompen el orden constucional.
Hasta el mediodía de este domingo, los disturbios dejaban un saldo de 41 personas muertas y otras 323 heridas, según un balance provisional de los bomberos; mientras que este domingo se registraron saqueos en las empobrecidos sectores de Sucre (oeste), Antímano y Caricuao (suroeste), donde habitan la mayoría de los desposeidos de la capital.
"Este local ya fue saqueado", fue el mensaje que un comerciante atinó a pintar en una de las paredes de su establecimiento, en Caita (Sucre), para evitar que su negocio fuera nuevamente asaltado.
Algunas tiendas mostraban enormes boquetes, cuerpos de bomberos aún controlaban pequeños incendios en algunas sectores de la capital, y ciertas calles y centros comerciales eran resguardados por los militares.
El golpe fue dirigido por una parte de las fuerzas armadas aliada a sectores empresariales y a la élite dirigente de la petrolera estatal PDVSA, en medio de una huelga convocada por la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), cuya dirigencia había mantenido frecuentes roces con Chávez por el control de los sindicatos.