GIMHAE.- Ciento quince personas murieron y otras 52 quedaron heridas o desaparecidas el lunes al estrellarse un avión de la compañía nacional china cuando intentaba aterrizar en Corea del Sur en medio del mal tiempo, informaron las autoridades.
La muerte de 115 personas fue confirmada y hay 39 sobrevivientes y 13 personas desaparecidas, agregaron miembros de la célula de crisis instalada después de la tragedia.
El Boeing 767-200 de Air China, con 167 personas a bordo -previamemente se había anunciado la cifra de 166-, se estrelló contra una colina cerca de Busan, en el sur de Corea, cuando intentaba aterrizar en medio de la neblina y la lluvia.
El avión debía aterrizar en Busan procedente de Beijing.
El número de sobrevivientes no cesó de aumentar durante las horas después del accidente. Pero responsables destacaron que numerosos heridos se encontraban en estado crítico.
El Boeing 767-200 del vuelo CA129 de Air China se estrelló en una zona urbana cerca del aeropuerto de Busan-Gimhae, en la costa sur de la península coreana, cuando efectuaba el vuelo entre Beijing y Busan con 155 pasajeros y 12 tripulantes.
El avión chocó contra una colina cerca de Gimhae, donde se sitúa el aeropuerto de Busan, el gran puerto de la costa sur de Corea del Sur, en medio de la lluvia y de la neblina.
El aparato se estrelló a las 11:23 horas locales (02:23 horas GMT) en una zona habitada al norte de Busan, aplastando cientos de árboles y proyectando trozos incendiados a su alrededor.
Este obstáculo impidió que el avión chocara contra un conjunto de edificios.
Fueron necesarias cuatro horas para extinguir el fuego, informaron testigos.
No se señalaron víctimas en tierra.
Según la administración china de la aviación civil, 18 chinos, 136 surcoreanos y un uzbeko habían embarcado como pasajeros. La tripulación estaba integrada por tres pilotos, ocho azafatas y auxiliares de vuelo, dijo una portavoz sin precisar sus nacionalidades.
La caja negra de registro del vuelo fue encontrada en lugar.
Un representante del Ministerio del Transportes precisó que el avión tenía dificultades para aterrizar y se estrelló en el segundo intento para tocar tierra.
Es el accidente de avión más grave ocurrido en Asia desde el de un Boeing 747 de Singapore Airlines en octubre de 2000 que provocó 78 muertos de las 179 personas a bordo.
Uno de los sobrevivientes, Suh Jin-Shik, de 46 años, dijo que "fui despertado por una enorme explosión y me encontré colgando de un árbol".
Park Choon-Ja, otro chino de origen coreano "habíamos oído un anuncio sobre el aterrizaje y habían comenzado a difundir música. Nos estrellamos cinco minutos después".
Cientos de policías y socorristas rastreaban los restos del aparato en la colina de unos 400 metros de altura en búsqueda de sobrevivientes.
La lluvia y el suelo resbaladizo hacían difíciles las operaciones de socorro mientras unos 500 bomberos y diez helicópteros fueron movilizados.
En Beijing, un responsable de China Airlines destacó que era la primera vez que la compañía nacional era víctima de una catástrofe aérea.
Jonathon Dong, director de relaciones públicas de Boeing en China, declaró que el avión había registrado más de 39.000 horas de vuelo desde su entrega a la compañía hace 17 años.
En Seúl, el presidente Kim Dae-Jung pidió al gobierno que diese todo el apoyo posible a los sobrevivientes y a las familias.