LA HAYA.- El informe que hoy hizo caer al Gobierno holandés repartía la culpa por la matanza de Srebrenica entre este Ejecutivo, la ONU e incluso los musulmanes que resistían dentro del enclave, pero eximía al ex Presidente serbio y yugoslavo, Slobodan Milosevic.
El documento concluía que Ratko Mladic, el comandante del Ejército serbio de Bosnia, es el máximo responsable de la masacre de 7.000 varones musulmanes de Srebrenica, pero consideraba que éste actuó por cuenta propia, sin consultar con su líder político, Radovan Karadzic.
Karadzic, Mladic, varios oficiales serbobosnios y Milosevic están acusados por el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia de genocidio en Bosnia, particularmente por lo ocurrido en Srebrenica.
Aunque los dos líderes serbobosnios siguen prófugos, Milosevic está siendo juzgado desde el pasado 12 de febrero y el general serbobosnio Radislav Krstic ya fue condenado a 46 años de cárcel por su responsabilidad en Srebrenica.
El informe, presentado el pasado día 10, fue elaborado a petición del Gobierno de Holanda por el prestigioso Instituto holandés para la Documentación de Guerra (NIOD), y era el resultado de casi seis años de estudio de archivos de todo el mundo y de entrevistas a más de 900 personas.
El NIOD concluyó que el enclave, declarado "zona segura" por la ONU, era prácticamente indefendible, por lo que condenaba al Gobierno de Holanda por haber asumido su protección.
Esa fue, según el NIOD, una decisión "irresponsable", que se tomó "a la ligera" y que fue el resultado de una mezcla de "buenas intenciones desde el punto de vista humanitario y de ambiciones políticas".
También criticó la postura de la cúpula militar holandesa, que tras la caída del enclave negó información e hizo cuanto estuvo en su mano para mantener el nombre de sus soldados limpio.
El documento del NIOD, de más de 7.000 páginas, concluyó que los soldados holandeses no estaban en condiciones de resistirse aunque reconoció que, sin saberlo, "asistieron de hecho en la limpieza étnica" perpetrada por los serbobosnios contra los musulmanes.
El informe responsabilizó también a las Naciones Unidas por no haber prestado más ayuda a las víctimas y por darles instrucciones "vagas", y a los propios musulmanes que resistían en el enclave -teóricamente desmilitarizado- y "provocaban" a los sitiadores serbios.
No encontró, sin embargo, pruebas que "sugieran que las autoridades serbias en Belgrado estuvieran involucradas".
El 11 de julio de 1995, cinco días después de que las tropas serbobosnias enviadas por Mladic rodearan el enclave, los "cascos azules" holandeses encargados de protegerlo, lo entregaron y se retiraron.
En las horas siguientes, más de 7.000 varones en edad militar, que habían sido previamente separados de las mujeres, niños y ancianos, fueron presuntamente asesinados y enterrados en fosas comunes.
Los investigadores del NIOD admitieron que la superioridad de las tropas serbias y las órdenes concretas de las Naciones Unidas impidieron a los soldados holandeses resistirse.
"Había órdenes de que sólo defendieran el enclave activamente si se producían riesgos para los propios cascos azules", señaló el documento, que remarcó que otro mandato de los responsables militares de la ONU y un mayor apoyo aéreo habrían podido cambiar el curso de la historia.
El NIOD destacó que las tropas serbobosnias eran mucho más numerosas y estaban fuertemente armadas, y que a los "cascos azules" holandeses no les quedó más remedio que "colaborar en la evacuación de los ciudadanos" para evitar un baño de sangre.
El informe precisa que las fuerzas de paz no sabían que se iba a producir una masacre y que no hay ninguna prueba de que participaran activamente en la separación de los hombres que después fueron ejecutados.