JERUSALEN.- Israel prometió el jueves retirarse de la mayoría de las ciudades de Cisjordania para el fin de la semana, pero dijo que sus fuerzas seguirán sitiando el complejo de Yasser Arafat y la iglesia de la Natividad de Belén hasta que los militantes en su interior se entreguen.
La promesa fue posterior a la misión al Oriente Medio del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que no pudo lograr un acuerdo de tregua o la retirada inmediata de Israel de las ciudades palestinas demandada por el Presidente George W. Bush el 4 de abril.
Un funcionario de alto rango del Departamento de Estado dijo que Powell podría regresar "en dos o tres semanas", en una señal de una mayor participación estadounidense en los esfuerzos para calmar el conflicto después de la postura de alejamiento tomada por el gobierno Bush en su primer año en el poder.
El ministro de Defensa israelí, Binyamin Ben-Eliezer, dijo que las tropas saldrán de las ciudades de Naplusa, Jenin y partes de Ramallá para el domingo, pero continuarán rodeando el complejo de Arafat y la Iglesia de la Natividad hasta que se solucione el enfrentamiento con los militantes palestinos.
"Debe quedar claro que no podemos abandonar el área de Belén y el Mukata (el complejo de Arafat en Ramallá) donde hay terroristas escondidos hasta que no nos entreguen a esos terroristas", declaró Ben-Eliezer a la Radio de Israel.
Los testigos dijeron que las fuerzas israelíes se retiraron del campamento de refugiados de Jenin, escenario de sangrientos combates entre militantes palestinos y las tropas israelíes, en otra señal de que las fuerzas se repliegan gradualmente de la ciudad.
El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Shimon Peres, dijo a la Radio de Israel que serán necesarias "soluciones creativas" para poner fin a la situación en Belén y Ramallah, y allanar el camino para una retirada de tropas de todas las ciudades cisjordanas controladas por los palestinos.
Tregua no tiene sentido sin retirada
Un Powell agotado dijo a los reporteros al concluir su misión el miércoles que las palabras suspensión de las hostilidades ni siquiera es relevante hasta que Israel ponga fin a la ofensiva que comenzó el 29 de marzo tras una serie de atentados suicidas en que murieron decenas de israelíes.
También expresó insatisfacción con Arafat por su incapacidad de controlar a las facciones militantes, diciendo que el líder palestino tiene que combatir el "terrorismo" y hacer una "lección estratégica" para la paz.
Powell, en cuyo viaje ocurrieron dos atentados suicidas palestinos y nuevas incursiones israelíes en aldeas y pueblos palestinos, prometió regresar, pero no precisó una fecha.
En Belén, las negociaciones entre las autoridades israelíes y palestinas para poner fin al asedio a la iglesia, construidas sobre la gruta donde presuntamente nació Jesucristo, fueron canceladas a último minuto, dijo el alcalde de la ciudad, Hannah Nasser.
El gobernador de Belén, Mohammed al-Madani, quien está dentro de la iglesia junto a decenas de hombres armados, policías, clérigos, monjas y civiles, dijo que una comisión conjunta de israelíes y palestinos debe decidir la suerte de los militantes que se refugian en el templo.
"Lo que nos gustaría es algún tipo de comité de seguridad compuesto por ambas partes para que se reúna con un grupo internacional para resolver el problema", dijo a la agencia Reuters por teléfono.
Israel demanda que los hombres armados se entreguen y ha dicho que los sospechosos de "actividades terroristas" pueden elegir entre ser llevados a juicio en Israel o enviados al exilio.