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Piden al Papa reabrir caso sobre matanza de guardias suizos

En 1998 el joven suboficial de la guardia suiza Cedric Tornay asesinó al comandante Alois Stermann y a su esposa, y luego se suicidó, según las conclusiones oficiales de la investigación.

18 de Abril de 2002 | 11:17 | Ansa
PARIS Y CIUDAD DEL VATICANO.- Dos prestigiosos abogados franceses pidieron al Papa Juan Pablo II que ordene la reapertura de la investigación sobre la muerte de dos miembros de la Guardia Suiza y la esposa venezolana de uno de ellos, ocurrida en 1998 en el Vaticano.

Se trata del penalista francés Jacques Verges, quien junto a su colega Luc Brossollet, pidieron "directamente al Papa Juan Pablo II" ser "acreditados" ante el tribunal vaticano y ordenar la reapertura de la investigación.

En 1998 el joven suboficial de la guardia suiza Cedric Tornay asesinó al comandante Alois Stermann y a su esposa, Gladys Meza Romero, de nacionalidad venezolana, y luego se suicidó, según las conclusiones oficiales de la investigación.

Dos días atrás el presidente de la Corte de Apelaciones vaticana, monseñor Francesco Bruno, había anticipado el rechazo del pedido de designar nuevos abogados de parte Muguette Baudat, la madre del joven guardia suizo Tornay.

La señora Baudat, en particular, rechaza la versión del "impulso" homicida del hijo, supuestamente desencadenado por "rencores personales" contra su superior.

Según Muguette Baudat, y los dos nuevos abogados, Cedric fue asesinado.

Al fundamentar el rechazo de las acreditaciones, Monseñor Bruno agregó que para "designar un nuevo abogado es necesario instruir un nuevo proceso, pero según la ley vaticana para que ésto ocurra son necesarios argumentos nuevos, que por el momento no existen".

El Vaticano había hecho saber también que el pedido presentado hace un año por los abogados franceses para reabrir el caso llegó recientemente a la Corte de Apelaciones de la Santa Sede.

En un comunicado, los abogados de la madre de Tornay reiteran que enviaron el pedido de acreditación ante el tribunal vaticano el 30 de agosto de 2002 y que en base al recibo de retorno de la carta certificada, el mensaje llegó a destino el 9 de septiembre del 2001.

"No siendo acreditados", prosiguieron los abogados franceses, no pudimos presentar el pedido a monseñor Bruno.

Ante esto, se dirigieron directamente al Pontífice, que como magistrado supremo, tiene el poder de acreditarlos y ordenar una reapertura de la investigación.

Según los abogados, "es abusivo que monseñor Bruno haya anticipado que no existen elementos nuevos, porque por los motivos expuestos no fue hecho destinatario del pedido, que fue enviado a Juan Pablo II.

El contenido de tal pedido será hecho público, en sus detalles, en una conferencia de prensa organizada en París para el 27 de abril.

El caso tuvo en su momento enorme resonancia pues el episodio ocurrió dentro de los muros vaticanos y alimentó todo tipo de especulaciones.

Circularon muchas hipótesis acerca de las causas de este hecho de sangre e incluso fue publicado un libro en el cual se habla de una relación homosexual entre los dos guardias suizos.

Días pasados los penalistas Verges y Brossolet anunciaron a la prensa francesa la próxima presentación de un pedido de un nuevo examen del caso fundada en cuatro puntos que desmantelaban las conclusiones de la investigación vaticana.

Sin embargo, si el Vaticano no acepta la designación de los dos nuevos abogados, el pedido de nuevos exámenes no puede proceder de ningún modo.

"Por el momento y en ausencia de nuevos argumentos no puede ocurrir nada nuevo y seguimos firmes en las conclusiones de 1998", dijo monseñor Bruno
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