JERUSALÉN.— Un palestino armado mató el sábado a un policía fronterizo israelí en la Franja de Gaza, el último episodio de violencia ocurrido en esa zona.
Entretanto, en Cisjordania aumentaron las solicitudes para que la ayuda humanitaria llegue rápidamente a los refugiados palestinos en Jenin.
Los israelíes y los palestinos han dado versiones muy discordantes sobre el nivel de destrucción y el balance de víctimas en el campamento de refugiados de Jenin. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la noche del viernes el envío de un grupo para esclarecer lo ocurrido.
Los residentes del campamento continuaban buscando pertenencias y cadáveres entre los escombros. Los palestinos sostienen que los militares israelíes perpetraron una matanza de civiles en Jenin durante su ofensiva de tres semanas, mientras que Israel rechaza la acusación. Israel accedió a la investigación de la ONU, y aseguró que no tiene nada que ocultar.
El hospital de Jenin informó que los cuerpos de rescate encontraron el sábado a un hombre que permaneció sepultado bajo los escombros durante unos 10 días. Los médicos dijeron que Sari Badi, de 20 años, fue trasladado a la unidad de terapia intensiva de un hospital.
El viernes, Israel sacó sus fuerzas de Jenin y prometió más retiradas durante el fin de semana. Pese a esa medida en las poblaciones cisjordanas, los enfrentamientos se intensificaron en la Franja de Gaza.
Un palestino atacó a tiros y con granadas un retén fortificado de Israel en la frontera con la Franja de Gaza, y mató a un policía fronterizo israelí. Un tanque israelí respondió el ataque y mató al palestino.
La Brigada de Mártires Al-Aqsa, una milicia vinculada con el movimiento Fata del líder palestino Yasser Arafat, se atribuyó la responsabilidad del ataque e identificó al autor como Eiman Jude, residente de la Ciudad de Gaza.
En la Ciudad de Gaza, centenares de palestinos corearon consignas durante los funerales de dos miembros de la organización Jihad Islámica, que murieron el viernes en un tiroteo con la tropa israelí. Israel informó que el enfrentamiento se derivó de un intento de cometer un atentado en el asentamiento de Netzarim.
Un miliciano embozado advirtió que el primer ministro israelí Ariel Sharon "debería esperar que todas las puertas del infierno caigan", a consecuencia de su ofensiva.
"Dejen que el enemigo haga lo que le plazca, estamos listos para el martirio. Pero la ocupación nunca estará segura en la tierra de la histórica Palestina, desde el río hasta el mar", dijo el miliciano ante la multitud.
El viernes, siete palestinos, incluidos dos niños, murieron bajo el fuego del ejército israelí. Asimismo, un activista de la Jihad Islámica se voló en un retén militar en Gaza. El atacante murió y dos soldados israelíes resultaron heridos.
Israel emprendió su ofensiva en Cisjordania el 29 de marzo, con el objetivo de combatir a las milicias palestinas tras una serie de atentados dinamiteros suicidas.
