PARíS.- El ultraderechista Jean-Marie Le Pen, que agradeció a sus electores el "regalo de su confianza", lanzó un llamamiento a todos los franceses para hacer realidad la "oportunidad histórica" de llegar hasta la jefatura del Estado.
Aplaudido a rabiar por sus simpatizantes, Le Pen, con un apoyo de entre el 17 y 17,9 por ciento de los votos, según las estimaciones, disputará con el neogaullista Jacques Chirac (19,7-20%), la segunda vuelta de las presidenciales el próximo 5 de mayo.
En una histórica derrota, el candidato socialista y primer ministro saliente, Lionel Jospin, fue eliminado en la primera criba en la carrera al Elíseo, al quedar en tercer lugar a medio punto de Le Pen, según las últimas estimaciones.
Sin esperar a los resultados oficiales, cuya divulgación está prevista para la medianoche, el líder del ultraderechista Frente Nacional (FN) convocó hoy a todos los franceses a concentrarse el próximo uno de mayo ante la estatua de Juana de Arco en París para "preparar la victoria".
Le Pen, de 73 años, que se definió como un "hombre libre, un patriota", "socialmente de izquierdas y económicamente de derechas", remarcó que estos comicios han estado caracterizados por el récord de abstención (en torno al 28 por ciento) en unas presidenciales, la "desaparición" del Partido Comunista Francés (PCF) y la "reacción nacional de la que sois testigos".
En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 1995, Le Pen había quedado cuarto, con el 15 por ciento de los votos, detrás de Jospin (23,3%), Chirac (20,8%) y Edouard Balladur (18,6%).
Le Pen instó a los franceses a perder "el miedo" y a "soñar" con el triunfo en la segunda vuelta, pese a que los sondeos dan a Chirac el 80 por ciento de los votos, frente al 20 por ciento que él obtendría.
Se declaró dispuesto a reunirse con Chirac "cuándo y cómo quiera" y se mostró favorable a un debate televisado con su rival de la segunda vuelta.
El líder de la ultraderecha había basado su campaña, la cuarta que libra por el Elíseo, en la "tolerancia cero" contra la inseguridad, la "inversión" de la inmigración y la recuperación de la soberanía francesa mermada por la Unión Europea y la globalización.