MADRID.- La banda terrorista ETA hizo estallar hoy un coche bomba en Madrid, frente a la empresa hispano-argentina Repsol-YPF, sin causar víctimas, apenas un día después de la explosión de otro vehículo en Bilbao, en el País Vasco.
Fuentes de la investigación indicaron que el coche bomba colocado por ETA era un automóvil de color rojo, que había sido robado pocas horas antes y que estaba cargado con 15 kilos de cloratita.
La explosión del coche bomba, que no produjo víctimas, aunque sí cuantiosos daños materiales, se produjo en torno a las 03.00 GMT de hoy, lunes, después de que, según varios testigos, dos individuos manipularan el vehículo.
Dos hombres, que huyeron a la carrera, habían aparcado el vehículo en doble fila, junto al garaje de la sede central en Madrid de la empresa hispano-argentina Repsol-YPF.
Este es el segundo atentado de ETA en poco más de 24 horas, después de que el sábado la banda terrorista hiciera estallar un coche bomba en la localidad vasca de Getxo (Bilbao), donde residen numerosos empresarios del País Vasco.
Estos dos últimos atentados se han producido después de que el Gobierno aprobase un proyecto de reforma de la Ley de Partidos Políticos, vigente desde 1978, con el objetivo de ilegalizar a los partidos de dudoso compromiso con la democracia.
Entre ellos se sitúa Herri Batasuna (HB), la coalición independentista vasca considerada como el brazo político de ETA.
Sobre el atentado en Madrid, el delegado del Gobierno en esta Comunidad, Francisco Javier Ansuátegui, indicó que todo apunta a que iba dirigido contra Repsol y explicó que la potencia del coche bomba no fue grande, porque la explosión no causó un cráter en el suelo.
La explosión del coche bomba, de cuya colocación ETA no aviso, no causó heridos, pero tres personas fueron atendidas por crisis de ansiedad en un hospital cercano.
Otra persona sufrió un amago de infarto, pero, tras ser atendido en un hospital, fue dado de alta.
La deflagración se sintió en la zona norte de la capital y causó daños importantes en la fachada del edificio de Repsol-YPF, así como en viviendas colindantes, en 17 vehículos allí estacionados, además de producir un corte en el fluido eléctrico de quince minutos.
Nada más registrarse la explosión las calles aledañas se llenaron de vecinos que abandonaron sus viviendas presos del pánico, muchos de ellos en pijama, ya que la explosión les sorprendió durmiendo.
Uno de los vecinos relató a EFE que la explosión fue como un "terremoto" y que todos los que estaban en ese momento en sus casas sospecharon que era un atentado por la magnitud de la misma.
Otros señalaron que el atentado pudo causar víctimas si la explosión hubiera ocurrido una hora antes, cuando muchos autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) regresan a las cocheras situadas muy cerca del lugar donde se produjo el atentado.
El último atentado de ETA en Madrid se produjo el 6 de noviembre pasado cuando los terroristas colocaron un coche bomba dirigido contra el secretario general de Política Científica, Juan Junquera, quien salió ileso.
ETA ha asesinado a 39 personas desde que rompiera el alto el fuego en 1999, que se suman a las más de 800 víctimas de la banda terrorista en sus casi tres décadas de historia.
La pasada semana, las autoridades francesas detuvieron al etarra José María Zaldúa Corta, alias "Aitona", de 53 años, acusado de estar implicado en al menos diez asesinatos.
Esa detención, según el ministro español del Interior, Mariano Rajoy, supuso un debilitamiento de la banda terrorista, que ahora se ve obligada a recuperar a sus miembros "históricos".
Rajoy, que también es el vicepresidente primero del Gobierno, explicó el viernes que el detenido volvió de Uruguay a Francia, reclamado por ETA para reforzar la dirección o el aparato logístico de la banda armada.