BUENOS AIRES.- A poco más de 100 días en el poder y con el apoyo del 14 por ciento de la población, frente a un 49 por ciento que pide adelantar las elecciones, según sondeos privados, el presidente argentino Eduardo Duhalde dijo que dará un paso al costado si el Congreso se lo pide.
El peronista Duhalde llegó al poder los primeros días de enero, designado por una Asamblea Legislativa tras una revuelta popular que puso fin a dos gobiernos en diciembre, en medio de saqueos que dejaron 30 muertos en todo el país.
El Mandatario, que cuando ascendió al poder contaba con el 29 por ciento de apoyo, ha tenido que soportar una serie de protestas debido a su imposibilidad de poner a caminar una economía paralizada desde 1998, que ha sumido en la pobreza al 45 por ciento de la población y en el desempleo a uno de cada cinco personas en edad de trabajar.
"Yo tengo un mandato de un gobierno parlamentario. Si el parlamento no está de acuerdo, tendrá que elegir a otro Presidente. A mi no me eligió el pueblo argentino", dijo un preocupado Duhalde a periodistas.
"No sé si se animan a tomar este barco en medio de tanta turbulencia", añadió en tono desafiante a quienes le piden que se vaya antes de diciembre del 2003, como manda la ley.
El Mandatario también se mostró contrario a adelantar las elecciones presidenciales, previstas para septiembre del 2003.
"Si la mayoría cree que ésa es la solución, a mí me parece que no es la solución. En medio de la turbulencia que esa situación causaría en Argentina, me parece que lo menos conveniente es dejar al país en la deriva, sería una irresponsabilidad de mi parte", enfatizó.
Sin embargo dejó la puerta abierta para organizar las elecciones, cuando las situación del país cambie.
"Si Argentina saliera de las turbulencias y estuviera en aguas mansas, quizá sería necesario a fin del año o el año que viene apuremos una elección, para que los que vengan tomen medidas de fondo", finalizó.
