MEXICO.- Un grupo de desconocidos lanzó la noche del lunes un envase con gasolina contra la embajada de Cuba en México, luego que La Habana reveló una polémica conversación privada entre los presidentes mexicano, Vicente Fox, y cubano, Fidel Castro, informó este martes la prensa.
El objeto "no provocó ningún daño y no hubo detenidos", señaló el diario El Heraldo de México.
"El proyectil no estalló ni provocó daños. Los empleados (de la embajada) asustados dieron aviso a las autoridades (...), quienes hicieron un recorrido por las inmediaciones" de la legación diplomática, ubicada en el barrio residencial de Polanco, agregó la fuente.
La noche del lunes, Castro hizo pública una conversación privada que sostuvo con Fox, en la que el político mexicano le pidió que abandonara la Cumbre de Monterrey (celebrada en marzo pasado) para no coincidir con el Mandatario estadounidense, George W. Bush, además de que le solicitó que no agrediera ni a Estados Unidos ni a su Presidente.
Tras la publicación de la conversación y la respuesta oficial mexicana censurando la actitud cubana, las relaciones quedaron bajo fuerte tensión.
Según publicó el diario electrónico
Granma, desde febrero las autoridades cubanas preveían que el Gobierno mexicano iba a hacer todo lo posible por que Cuba no asistiera a la Cumbre de Monterrey, ya que EE.UU. amenazaba con no participar si personalidades de la isla estaban presentes.
"El viaje de Fox y Castañeda a Cuba, adonde llegaron el 3 de febrero a las 10:30 a.m. estuvo minuciosamente diseñado. En todo había doblez y cálculo. Conocíamos perfectamente que uno de los objetivos era solicitarnos que renunciáramos a nuestra participación. No se atrevieron. Bastó la primera hora de reunión, iniciada a las 11:14 a.m. Los primeros minutos fueron casi suficientes. Me adelanté a recordarles la invitación transmitida a nuestro país por las Naciones Unidas para participar en esa Cumbre", explicó Fidel Castro, en declaraciones al periódico online.
Asimismo, Castro comparó la situación vivida en la Cumbre de Monterrey, con la generada en 1981 con el Presidente norteamericano Ronald Reagan, el cual amenazó con boicotear la reunión si el Mandatario cubano asistía.
"No deseaba enfrascarme en una larga discusión con Fox y Castañeda, tratando de persuadirme e implorándome que no fuera. Cuando el Presidente Reagan amenazó con boicotear la reunión en 1981, me vi obligado a complacer al Presidente José López Portillo. Pero éste, en medio de su vergüenza y su pena, se comportó como un caballero. Fue elegante, me invitó a Cozumel, y con toda franqueza me explicó su tragedia. Accedí", sostuvo Castro.
Sin embargo, el Presidente cubano afirmó que en la reunión celebrada en marzo se tratarían temas graves y complejos, por lo que consideró como su derecho asistir. Su decisión fue comunicada a las autoridades mexicanas mediante una carta dirigida al Primer Mandatario.
Veinticuatro horas antes de que Fidel Castro llegara a México, el Presidente Fox se comunicó telefónicamente con él, generándose el diálogo que hoy ha tensionado las relaciones entre ambos países.
