CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II dijo el martes que el abuso sexual perpetrado por sacerdotes en Estados Unidos "es considerado correctamente como un crimen por la sociedad".
"A las víctimas y sus familias, dondequiera que estén, expreso mi profunda solidaridad y preocupación", dijo a los cardenales norteamericanos en una reunión a puertas cerradas. El discurso papal en inglés fue difundido luego por el Vaticano.
Fueron las palabras más fuertes del Sumo Pontífice desde que comenzó la ola de acusaciones de abuso sexual contra sacerdotes, que estremece a la Iglesia Católica estadounidense desde enero.
El Papa convocó a los prelados norteamericanos a una reunión extraordinaria de dos días para discutir el escándalo de abuso sexual que ha conmovido a los fieles, provocado la renuncia de un obispo y costado a la Iglesia millones de dólares en acuerdos extrajudiciales.
Se ha acusado a jerarcas de la Iglesia de encubrir la inconducta sexual de los sacerdotes.
El lunes trascendió que los cardenales intentaban provocar la renuncia del arzobispo de Boston, cardenal Bernard Law, acusado de manejar mal el escándalo.
El Papa no se refirió directamente a ese aspecto, pero dijo que "la gente debe saber que no hay lugar en el sacerdocio y la vida religiosa para quienes quieren perjudicar a los jóvenes".
La observación parecía dirigida a las discusiones previstas sobre si los culpables de abuso sexual serán apartados del sacerdocio.
En el Vaticano, los cardenales discutirán normas generales para aplicar en casos de abuso y las someterán a la conferencia episcopal, prevista para reunirse en Dallas, Texas, en junio.
"Pido a los católicos que permanezcan cerca de sus sacerdotes y obispos y los apoyen con sus oraciones en esta época difícil", dijo el Papa.
En un reconocimiento de los perjuicios causados por el escándalo a la Iglesia en Estados Unidos, el Papa dijo: "Debido al daño ocasionado por algunos sacerdotes y religiosos, se considera que la Iglesia misma está afligida y muchos se sienten ofendidos por la manera como consideran que han actuado las autoridades de la Iglesia en este asunto".
"El abuso que ha causado esta crisis es según todos los criterios algo malo y la sociedad lo considera correctamente un crimen; además, es un pecado sobrecogedor a los ojos de Dios", añadió.
Si bien trascendió que un cardenal no identificado se unió a los que piensan que Law debe renunciar, parece improbable que la suerte del polémico prelado sea discutida en estas reuniones.
El arzobispo de Chicago, cardenal Francis George, dijo a la prensa que no se habló de la renuncia de Law, ni con el Papa ni en la reunión de los prelados el lunes.
Pero George acotó que Law dijo que "si él no hubiera cometido algunos errores tremendos, probablemente no estaríamos aquí".
El cardenal Roger Mahoney, de Los Angeles, dijo que el Papa "dejó muy en claro que no hay lugar en el sacerdocio para los que abusan de los menores".
Añadió que "son los términos más enérgicos que he escuchado acerca de lo que en nuestro país llamamos la 'tolerancia cero'".
Sin embargo, el cardenal George dijo que el asunto no estaba tan claro porque el Papa habló de la posibilidad de la "conversión cristiana, esa decisión drástica de apartarse del pecado y volver a Dios".
Se espera que la reunión dé directivas a los cardenales para una reunión plenaria de la conferencia episcopal estadounidense a realizarse en junio en Dallas, Texas. Un cardenal ha propuesto crear una comisión especial de laicos y mujeres "para estudiar todo el asunto y asegurar que apliquemos los mejores criterios posibles", dijo Mahoney.