JERUSALÉN.- Israel ha retirado el permiso a la Comisión de Investigación de Naciones Unidas para que investigue lo sucedido en el campo de refugiados de Jenín durante la reciente ocupación del Ejército israelí, informó esta noche la radio pública.
El Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, ha llegado a este acuerdo tras consultar con el Ministerio de Exteriores y el de Defensa, además de los organismos de seguridad, agregó la radio.
El argumento esgrimido por el gobierno israelí es que los miembros de la comisión designados por Annan tienen un perfil político y no militar.
La decisión de Israel va a ser comunicada a Naciones Unidas, en Nueva York, y a su secretario general, Kofi Annan, a quien el gobierno israelí había dado su acuerdo de principio para la comisión formada ayer.
Según fuentes del Gobierno israelí, la designación de "expertos" acordada por el titular de Defensa, el laborista Benjamín Ben Eliezer, con el Secretario General del organismo internacional se refería a expertos en asuntos militares.
Annan nombró para la tarea en torno de las operaciones del Ejército israelí, hace dos semanas, en el campo de Jenín, al ex presidente de Finlandia, Martti Ahtisaari, a la japonesa Sadako Ogata, ex Alta Comisaria de la ONU para los Refugiados de la ONU, y al ex presidente de la Cruz Roja Internacional, Cornelio Sommaruga.
La incursión militar en el campo de refugiados de Jenín formó parte de una ofensiva a gran escala contra ciudades autónomas de Cisjordania con el objetivo oficial de "erradicar la infraestructura del terrorismo" palestino, que concluyó parcialmente el pasado domingo, después de 24 días.
Una fuente del Gobierno informó esta noche que la decisión final será comunicada al Secretario General, en Nueva York, por el embajador de Israel ante la ONU, Iehuda Lancry.
En medios del Gobierno y de las Fuerzas Armadas se temía de las posibles consecuencias políticas para Israel de la investigación que, según lo acordado, tendría que ceñirse a lo ocurrido en el campo, donde los palestinos alegan que las tropas de este país perpetraron "una matanza" de centenares de personas.
Según las autoridades militares, los muertos palestinos serían solo "algunas decenas" de milicianos, que en los encarnizados combates con los asaltantes causaron por su parte 27 bajas en las filas del Ejército israelí.
El ministro Ben Eliezer había declarado a principios de esta semana, después de pactar personalmente la investigación con Annan, que "Israel no tiene nada que ocultar, todo los contrario".
El representante de la ONU para Oriente Próximo, Terje Larsen, protestó porque las autoridades militares impidieron durante nueve días la entrada de equipos internacionales de ayuda humanitaria y de salvamento para recoger cadáveres y asistir a los heridos, algo "moralmente repugnante", afirmó.
Los israelíes replicaron que los palestinos se habían negado a enterrar a sus muertos.
El Gobierno de Sharon ha estado a punto de declarar a Larsen "persona non grata" por esas declaraciones. "Israel tiene derecho a defenderse del terrorismo pero ello no es un cheque en blanco", agregó el diplomático noruego al servicio de la ONU.
Durante los nueve días que duró la ofensiva, tampoco la prensa ni cualquier otro observador independiente tuvo acceso al campo de refugiados.