MOSCU.- Dieciseis años se cumplen hoy del mayor accidente nuclear de la historia, ocurrido en Chernobyl el 26 de abril de 1986 a las 1:23 horas de Moscú, oportunidad en que el reactor número 4 de la central nuclear liberó unas 500 veces más radiación que la bomba atómica arrojada por Estados Unidos sobre la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945.
Hoy se realizaron ceremonias conmemorativas en el Memorial de Chernobyl en Kiev, y en la principal catedral de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, y las autoridades ucranianas anunciaron que pretenden convertir en la zona en un área turística.
El accidente mató en el acto a 31 personas y propagó una nube de humo radiactivo sobre gran parte de Europa.
Las consecuencias de la catástrofe afectaron a un área con casi 5 millones de habitantes. Las brigadas especializadas enfrentaron la heroica tarea de sofocar los incendios y neutralizar las fugas radiactivas, al menos 30 de sus integrantes murieron por exposición radiactiva letal.
Alrededor del lugar del accidente hay un área contaminada de unos 30 kilometros cuadrados, y los tres países que sufrieron peores consecuencias son Ucrania, Rusia y Belarus.
La radiación lanzada a la atmósfera gatilló decenas de miles de muertes por cáncer y un notorio incremento de enfermedades genéticas en esos tres países desde 1986.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), siete millones de habitantes de Ucrania, Belarus y Rusia, incluidos tres millones de niños, padecen aún efectos secundarios del desastre nuclear y necesitan tratamiento médico.
Ucrania posee 50 millones de habitantes, y unos 3,2 millones de ellos han sido afectados por el accidente, incluyendo a un millón de niños.
Las víctimas fatales llegaron a las 167.653 y en Ucrania se registró también un importante descenso de la natalidad, y la mortalidad infantil casi triplicó el promedio europeo.
En tanto, unos 184.000 rusos sufrieron consecuencias de la radiactividad, en especial quienes trabajaron para paliar las consecuencias del desastre.
Un prestigioso científico ucraniano advirtió que los niveles de radiación en torno al reactor de la central de Chernobyl que causó el accidente siguen en aumento.
Dmytro Hrodzynskyy, jefe de la comisión del gobierno ucraniano para la seguridad nuclear, declaró a la revista Izvestia, que el "sarcofago" de cemento que cubre el reactor afectado no está haciendo su función de proteger e impedir la radiación.
Advirtió que la temperatura del combustible almacenado todavía en el reactor está elevándose.
Sin embargo, los expertos consideran que no existe peligro de nuevas explosiones en Chernobyl.