WASHINGTON/BAGDAD.- Estados Unidos planea un ataque masivo contra Irak, que contaría con la participación de hasta 250.000 hombres, informó este domingo el diario norteamericano "New York Times" en base a funcionarios gubernamentales de alto rango.
Hasta ahora, la prensa estadounidense hablaba de un posible ataque este año con el fin de derrocar al Presidente iraquí, Saddam Hussein, que hoy celebró su 65 cumpleaños.
Según el "New York Times", el plan estadounidense prevé la implementación tanto de bombardeos como de tropas terrestres. La cantidad de hombres podría situarse entre los 70.000 y los 250.000.
De acuerdo a la información, el gobierno del Presidente George W. Bush apuesta por un ataque masivo por parte de Estados Unidos, dado que ya no cree en un levantamiento interno contra Saddam Hussein.
Además, las fuerzas opositoras locales no son tan fuertes como en Afganistán, de manera que las fuerzas militares estadounidenses no podrían contar con su apoyo.
"El Presidente no tomó ninguna decisión", cita el diario a un alto funcionario del Departamento de Defensa, pero ha elevado el tono de su retórica contra el régimen de Hussein desde los ataques terroristas del 11 de septiembre.
La postergación de un posible ataque hasta el año próximo tiene como objetivo ganar tiempo para, entre otras cosas, conseguir el apoyo diplomático y prepararse para la esperada alza de los precios del petróleo.
También se esperará a que eventualmente haya progresos en el conflicto entre palestinos e israelíes. Mientras prosiga la crisis en Cercano Oriente no se puede confiar en el apoyo de los árabes, se señaló.
El Presidente Bush acusó a Irak en reiteradas oportunidades de apoyar el terrorismo internacional y de fabricar armas de aniquilación masiva. Por eso, ese país conforma en su opinión junto con Irán y Corea del Norte el "eje del mal".
Esa acusación fue rechazada hoy por el ministro del Exterior iraquí, Naji Sabri, en un mensaje dirigido al secretario general de la ONU, Kofi Annan. Sabri acusó además a Estados Unidos de utilizar constantemente la "represión, la hipocresía, el chantaje y las amenazas" como herramientas de su política exterior.