JERUSALEN.- Mientras continúa la incertidumbre acerca de la llegada a la zona de la misión investigadora de la ONU para esclarecer lo sucedido en Jenín, el Ejército israelí comienza a sacar sus propias conclusiones de la operación y hoy reveló numerosos fallos en las acciones llevadas a cabo por sus tropas.
La descordinación de las distintas unidades que participaron en la invasión de ese campo de refugiados, así como las dificultades para estimar el número de palestinos armados y la inexperiencia de los soldados en una operación de tal envergadura, son algunas de las deficiencias del Ejército israelí en su desempeño en Jenín.
Así lo reveló hoy una investigación preliminar de la "Operación Muro de Defensa" en ese campamento de refugiados palestinos, realizada por reservistas que participaron en los combates al mando del general de brigada Eyal Schelin.
También participa en ese equipo el director de Política y Planificación de las Fuerzas Armadas, el general Giora Eiland, que a su vez coordinará los contactos entre la delegación israelí y la misión investigadora de la ONU para esclarecer lo sucedido en Jenín, donde según los palestinos se cometió una "masacre".
Los primeros resultados de la investigación militar indican que el principal obstáculo al que se enfrentaron las tropas israelíes fue su incapacidad para calcular el número aproximado de palestinos armados y su precisa localización en el campo.
Además, el estudio señala la incompetencia de algunos comandantes para coordinar las distintas informaciones procedentes de los servicios de información, entre ellos el Shin Bet, los servicios secretos de la inteligencia militar, la administración civil y el comité que coordina los contactos con la Autoridad Nacional Palestina.
En el caso del Shin Bet se trata de la primera vez que funcionarios de ese organismo ofrecen informaciones sobre el terreno, así como informaciones tácticas a las tropas.
Otra de las dificultades que encontraron los oficiales fue encontrar un lenguaje común para todas las tropas que participaron en los combates debido a su falta de experiencia en una operación de semejante magnitud, la de mayor envergadura desde que Israel invadió el Líbano en 1982.
La investigación reveló que la Fuerza Aérea israelí desplegó helicópteros "Apache" que lanzaron unos 300 misiles contra el campo de refugiados durante las horas nocturnas, por lo que la efectividad de esos ataques no podía ser calibrada correctamente.
El general Eiland se mostró especialmente interesado en evidencias presentadas por comandos navales sobre el empleo por parte de palestinos de "escudos humanos". Esos comandos dijeron que algunos palestinos les dispararon escondiéndose detrás un grupo de mujeres y niños.
Por su parte, fuentes palestinas informaron del empleo de escudos humanos por parte de los soldados cuando efectuaban rastreos casa por casa para arrestar a activistas de la resistencia.
Por último, fuentes militares no identificadas se mostraron críticas con la política seguida por el Ejército israelí de impedir el acceso de la prensa y organizaciones humanitarias a Jenín, "lo que sirvió como pretexto" a los palestino para demostrar que el Ejército llevó a cabo masacres contra civiles en ese campo.