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Juan Pablo II condenó reciente masacre de civiles en Colombia

En un telegrama enviado al obispo de Quibdó, el Papa expresó su "profundo pesar por la triste noticia del execrable atentado perpetrado por la guerrilla" en la iglesia de Bellavista, que costó la vida a 108 civiles, entre ellos 45 niños.

06 de Mayo de 2002 | 10:07 | AFP
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II condenó hoy el "execrable atentado" cometido en Colombia el pasado jueves por la guerrilla izquierdista en Bojayá (noroeste) y que costó la vida a 108 civiles, entre ellos 45 niños.

En un telegrama enviado al obispo de Quibdó, a través del cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado, el Papa expresó su "profundo pesar por la triste noticia del execrable atentado perpetrado por la guerrilla", que "con bombas incendiarias causó un gran número de muertos y muchísimos heridos entre la población civil refugiada en la iglesia de Bellavista, en Bojayá".

En su misiva, divulgada por la oficina de prensa del Vaticano, el Pontífice expresó "su más enérgica reprobación por estos nuevos actos de terrorismo, que atentan la pacífica convivencia y ofenden los sentimientos del querido pueblo colombiano".

El jefe de la iglesia católica ofreció "sufragios por el eterno descanso de los fallecidos" e hizo llegar su más "sentido pésame a los familiares de las víctimas junto con la seguridad de su plegaria por pronto y total restablecimiento de los heridos".

En el telegrama, escrito en español, el Papa manifiesta su solidaridad a la comunidad eclesiástica de Quibdó, "tan afectada por la violencia guerrillera, que no respeta personas ni lugares sagrados".

Al término de su mensaje, el Papa "imparte a todos, en esta hora de dolor, la reconfortante bendición apostólica".

Un total de 45 niños se hallan entre los 108 civiles que murieron en la localidad de Bojayá en medio de combates entre guerrilleros de las FARC y paramilitares de ultraderecha.

Según fuentes de la fiscalía colombiana, los guerrilleros dispararon numerosos cilindros-bomba contra una iglesia que el sacerdote de Bojayá (580 kilómetros al noroeste de Bogotá, en el departamento de Chocó) había definido como el lugar de encuentro de los pobladores en caso de una incursión de grupos armados, provocando la tragedia.

La oficina en Colombia del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos condenó la masacre y criticó el hecho de que las autoridades hubieran hecho "caso omiso" a las alertas lanzadas por ese organismo para que se brindara protección a los pobladores.

El Presidente de Colombia, Andrés Pastrana, afirmó el domingo que lo ocurrido en Bojayá fue un acto de "genocidio" cometido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con las que su Gobierno mantuvo diálogos de paz entre el 7 de enero de 1999 y el pasado 20 de febrero.

No es la primera vez que el Papa condena actos de violencia en Colombia, que en los últimos meses se han agudizado contra representantes del clero.

El Papa criticó duramente el asesinato, cometido por sicarios a mediados de marzo, de monseñor Isaías Duarte, arzobispo de Cali, tercera ciudad en importancia de ese país, quien acababa de celebrar varios matrimonios en una iglesia.

En varias ocasiones el Jefe de la Iglesia Católica ha exhortado para que se busque el diálogo en Colombia y se excluya la violencia, los chantajes y los secuestros de personas.
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