COLLEGE PARK, Estados Unidos.- El Presidente Richard Nixon reconoció que alentó el pronunciamiento militar de 1973 en Chile, e intervino en las elecciones uruguayas para impedir que triunfara la izquierda.
Así lo revelan el mismo Nixon y su estrecho colaborador, Henry Kissinger, en documentos dados a conocer el lunes por los Archivos Nacionales.
Los gobiernos electos de América Latina y el Caribe son objeto de desdén. En una reunión con el Primer Ministro británico, Edward Heath, Nixon se jacta de haber provocado fraude electoral en Uruguay por intermedio de su aliado en la región, Brasil.
Con respecto a Chile, Nixon dice que "la izquierda tiene problemas. Están en marcha unas fuerzas que no desalentamos". Poco después, el general Augusto Pinochet, con ayuda de la CIA, derrocó a Salvador Allende e instituyó un régimen militar que se prolongó hasta el 11 de marzo de 1990.
Los únicos que merecen elogios de Nixon son los gobernantes de China comunista.
"Con ningún otro país hablamos con la misma franqueza que con ustedes", dice Kissinger a Mao Tse-tung en febrero de 1973, un año después de la visita de Nixon a ese país.
Las casi 100.000 páginas de documentos hechos públicos el lunes se refieren principalmente a asuntos de seguridad nacional.
Muestran a Nixon y Kissinger como una pareja que se admiraba mutuamente y cuya visión del mundo oscilaba entre el pesimismo y la lucidez, a veces en la misma reunión, incluso en la misma frase.
Nixon dice a Heath, en diciembre de 1971 que "nos parece que usted debería cumplir una función activa en los asuntos mundiales".
Apenas un año después, Kissinger dice a Mao que "no puedo juzgar qué piensan los europeos (de la Unión Soviética). Además, no pueden hacer nada. En el fondo, son irrelevantes".
Nixon pasa de momentos de lucidez a desvaríos sin solución de continuidad.
En la reunión con Heath, pronostica con acierto que los soviéticos firmarán los tratados de limitación de armas, pero sin terminar la frase, se lanza a una arenga contra "los medios de prensa, los llamados intelectuales (que) están contra nosotros" y califica a los que considera sus enemigos políticos de "confundidos y frustrados".