BOGOTA.- Las Fuerzas Militares de Colombia comenzaron a retomar este martes el control de uno de dos empobrecidos pueblos en medio de la selva del noroccidente del país, donde combates entre rebeldes y paramilitares dejaron 117 muertos, incluidos 45 niños, dijeron fuentes castrenses.
El comandante de la Armada, almirante Mauricio Soto, informó que después de una compleja operación que se prolongó por más de dos días, tropas de la infantería de marina y del ejército ingresaron a Vigía del Fuerte en el departamento de Antioquia y que luego entrarán a Bojayá, en el de Chocó.
En esos dos caseríos se registraron la semana pasada combates entre rebeldes de las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y paramilitares de las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que luchan por el control de una zona estratégica para el tráfico de armas y de drogas.
En medio de los enfrentamientos, la guerrilla lanzó un misil de fabricación casera contra una iglesia en donde se protegían del fuego cruzado cientos de civiles.
La explosión mató a 117 personas, considerada por el gobierno como un "genocidio" y la peor masacre en medio de la guerra interna de 38 años que azota al país y que dejó 40.000 muertos en la última década.
"Los últimos 30 kilómetros del río fue un tramo muy complejo de avance (...) gracias al apoyo de la Fuerza Aérea se logró avanzar y llegar para entrar al control de la situación", aseguró Soto en una conferencia de prensa.
El oficial explicó que el desplazamiento de un buque y ocho botes con soldados e infantes de élite especializados en la lucha contra la guerrilla por el caudaloso río Atrato fue cubierto desde por aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea que bombardearon posiciones rebeldes.
Soto dijo que las tropas sostuvieron duros combates para lograr llegar a Vigía del Fuerte con rebeldes de las FARC y con paramilitares, enemigos acérrimos de la guerrilla, en los que las tropas no sufrieron bajas fatales.
"Están las tropas del ejército tomando posiciones en el pueblo para permitir la llegada del resto de las tropas", agregó.
El hecho de violencia se registró en la antesala de las elecciones presidenciales del 26 de mayo en la que los colombianos elegirán al sucesor del Presidente Andrés Pastrana para un periodo de cuatro años.
El candidato disidente del Partido Liberal, Alvaro Uribe, caracterizado por su discurso de línea dura contra la guerrilla, es el más opcionado para ganar los comicios, de acuerdo con las últimas encuestas sobre intención de voto.
Por su parte el jefe político de las AUC, Carlos Castaño, reconoció en un comunicado publicado en su página de internet www.colombialibre.org, que un helicóptero interceptado y destruido por la Fuerza Aérea el domingo, pertenecía a su organización y era usado para evacuar combatientes heridos.
El jefe paramilitar denunció que los combates se registraron en el marco de una ofensiva de las FARC para tratar de retomar el control de la denominada zona de Urabá, donde están las más importantes plantaciones de banano de Colombia, cerca al Océano Atlántico.
"La verdad sólo es una: Es el eje bananero y el golfo de Urabá donde está la chispa de esta llamarada, es hacia allí que avanzan las FARC con toda su rabia y reforzada con más de mil hombres2, afirmó.
"Y las AUC tan sólo se están sacrificando y dando todo para detener esta avalancha que ya se desprende desde el Atrato medio y avanza hacia Urabá", concluyó Castaño.
Los paramilitares expulsaron a las FARC de esa región a finales de los años de 1990, luego de una sangrienta guerra que dejó cientos de muertos.
Pastrana, quien acusó a las FARC de la matanza, criticó la decisión de la Unión Europea que excluyó a esa guerrilla de una lista de organizaciones terroristas y le pidió corregir su posición.