JERUSALEN.- Israel comenzó el domingo a enviar a sus casas a los reservistas del ejército, tras suspender un ataque en la Franja de Gaza por presiones diplomáticas y desacuerdo entre generales.
En el frente político, el Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, enfrentaba una confrontación con su rival Benjamin Netanyahu, en una reunión del partido Likud posteriormente en el día sobre el tema de la creación de un estado palestino.
La radio del ejército dijo que las fuerzas armadas comenzarían a desmovilizar a los reservistas que habían sido llamados el jueves para prepararse para un ataque contra militantes palestinos en la Franja de Gaza, después que un atentado suicida mató el jueves a 15 israelíes cerca de Tel Aviv.
Corresponsales de temas militares israelíes, que reciben informes regularmente de oficiales de alto rango, han reportado que algunos generales se opusieron a una operación en Gaza, advirtiendo de un alto número de muertos entre soldados israelíes y civiles palestinos en el densamente poblado territorio.
Fuentes políticas dijeron que la ofensiva fue abandonada porque se filtraron detalles a la prensa.
Pero David Magen, presidente de la comisión de asuntos exteriores y de defensa del parlamento, dijo que la verdadera razón fue el temor israelí a las repercusiones diplomáticas poco después de una arrolladora campaña en Cisjordania.
"Creo que la demora se debe a razones políticas y otras de índole público", dijo a Radio Israel.
Estados Unidos y otros líderes extranjeros instaron a Israel a abstenerse de lanzar otra operación militar para evitar el fracaso de nuevas iniciativas diplomáticas, entre ellas el plan estadounidense de llevar a cabo una conferencia sobre el proceso de paz.
Con la suspensión del ataque en Gaza, Sharon enfrentaba ahora una lucha distinta en una reunión del comité central de su partido Likud en Tel Aviv.
Seguidores de su rival más fuerte dentro del partido, Netanyahu, han amenazado con impulsar una resolución declarando que el Likud nunca respaldaría la creación de un estado palestino.
Sharon a dicho que prevé la creación de un estado palestino al final de un largo proceso de paz.
De ser aprobada, la resolución podría atar las manos de Sharon en futuros esfuerzos de paz y debilitar su posición en el Likud mientras Netanyahu se prepara para desafiar su liderazgo antes de las elecciones generales del año próximo.
"Rayo de esperanza"
Diplomáticos dijeron que la suspensión del ataque de Gaza fue una bienvenida prolongación de la solución el viernes de un cerco israelí que duró más de cinco semanas alrededor de la Iglesia de la Natividad en Belén.
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Saud al Faisal, dijo que veía un "rayo de esperanza", mientras que el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush indicó que el final del asedio podría favorecer las perspectivas para que se reanuden las negociaciones de paz.
Según comentaristas israelíes, un ataque a Gaza habría causado fricciones con Washington, en momentos en que Bush se ha unido a Sharon para reclamar reformas en la Autoridad Palestina. Ambos hombres se reunieron el martes en la Casa Blanca.
Funcionarios israelíes sugirieron que el ataque en Gaza podría dirigirse a objetivos específicos más que ser una repetición de las amplias incursiones que se llevaron a cabo en marzo en Cisjordania con el objetivo de capturar a activistas palestinos, a los que Israel acusa de organizar atentados suicidas anteriores.
Esa acción militar causó una gran destrucción de la infraestructura palestina y sufrimiento entre la población civil.
Las tropas israelíes se han retirado desde entonces de localidades en Cisjordania, pero continúan cercándolas y llevando a cabo redadas en busca de más militantes.
El sábado, unos 60.000 activistas se lanzaron a las calles de Tel Aviv para exigir la retirada israelí de Cisjordania y Gaza a fin de buscar una solución al conflicto con los palestinos.
Fue la mayor demostración de fuerza del campo pacifista de Israel desde el inicio en septiembre del 2000 de un levantamiento palestino contra la ocupación israelí.
Al menos 1.347 palestinos y 473 israelíes han muerto desde que comenzó el levantamiento.