BUENOS AIRES.- "El Estado tiene miles y miles de bienes inmuebles que no utiliza. Debemos estudiar cómo podemos compensar esos depósitos (de los ahorristas) con bienes del Estado. Hay tierras, inmuebles, que permitirían buscar una manera de garantizarle (la devolución de su dinero) al ahorrista", señaló ayer el Presidente argentino Eduardo Duhalde.
El Gobierno analiza alternativas para poner punto final al corralito financiero luego de no haber llegado a un acuerdo con el sector bancario sobre el modo en el que se garantizará la emisión de los títulos que se iban a entregar a los ahorristas a cambio de sus fondos atrapados en los bancos.
Invocando el alto costo fiscal que significaría poner en práctica el plan Bonex, Duhalde reconoció anoche -en declaraciones televisivas- que se suspendió el diseño del programa tal como se estaba proyectando y sorprendió con la idea de que se utilicen los bienes del Estado para devolver el dinero de los ahorristas, propuesta que, dijo, le pidió analizar esta semana al ministro de Economía, Roberto Lavagna.
En tanto, el vocero presidencial, Eduardo Amadeo, se preocupó por dejar en claro que "sólo es una idea para que el ministro Lavagna la analice", aunque minimizó la posibilidad de que la devolución de los ahorros pueda darse a través de ese mecanismo enunciado por el Presidente.
De todos modos, ayer, cuando caía la tarde, el titular del Palacio de Hacienda convocó a una singular conferencia de prensa, en la que no se permitió a la prensa hacer preguntas.
Los quince minutos que duró el encuentro fueron suficientes para el objetivo de Lavagna: llevar un mensaje tranquilizador al sostener que hoy los bancos abrirán con normalidad, que se trabaja para flexibilizar el uso del dinero y que el sistema bancario "está sólido". Pero nada dijo sobre el parate en el que entró el plan Bonex.
"Tenemos dos objetivos inmediatos: darles a los dueños del dinero la máxima flexibilidad en cuanto al uso de su dinero y, al mismo tiempo, que sea lo más seguro posible invertir en los bancos, para que el sistema financiero vuelva a la normalidad", dijo Lavagna. Después agregó que "restan días de trabajo, sabiendo el sistema financiero que no habrá beneficios en el corto plazo porque tendrán que financiar su propio proceso de reconstrucción", comentó. De todos modos, emitió un mensaje por elevación para los bancos que analizan irse del país: "Lo que importa defender acá es el sistema y a aquellos que tienen una visión de largo plazo, de permanecer en la Argentina", manifestó.
A pesar de mostrarse tranquilo, el ministro fracasó en su intento por aliviar la presión sobre el sistema financiero a través de un programa que permitiría a los ahorristas iniciar una lenta recuperación de su dinero.
La inflexible posición de los bancos -que reclaman una millonaria compensación por parte del Estado- fue el factor determinante para que el Gobierno tuviera que suspender el proyecto de aplicar un plan Bonex por el alto costo fiscal que le significaría.
Posición de los bancos
Los banqueros pidieron al Gobierno 12.000 millones de dólares como compensación por las pérdidas ocasionadas por la conversión en pesos de los créditos bancarios contraídos originalmente en dólares.
El plan proponía entregar de manera compulsiva un bono a 10 años de plazo para los depósitos que fueron reprogramados y otro de corto plazo, optativo, en dólares, para cuentas a la vista. Pero todo esto no será.
Ayer, acompañaban a Lavagna en la escueta conferencia Aldo Pignanelli, vicepresidente del Banco Central; Manuel Sacerdote, titular de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA); Carlos Heller, presidente de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la Argentina (Abappra), y los legisladores Rodolfo Frigeri y Guillermo Corfield, entre otros.
En opinión de un economista que participó en algunas negociaciones con los bancos, no hay demasiadas alternativas para resolver la crítica situación de los ahorristas. "Si se permitieran mayores transacciones entre los bancos se correría el riesgo de que algunas entidades cayeran, por el alto grado de incertidumbre de la gente que pasaría su dinero de una entidad a otra. Ahora, si se liberan las cuentas transaccionales se sabe que ese dinero irá al dólar con dos consecuencias posibles: gastar 3000 millones de las reservas para contener una corrida o dejar que se dispare y venga la hiperinflación", dijo. Ayer, legisladores que integran la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados estuvieron reunidos dando las puntadas finales al proyecto de un remozado Bonex, sin saber que la decisión del Ejecutivo ya estaba tomada y se iba a suspender su aplicación.
"Estamos trabajando sobre la base de entregar un bono a 10 años y creemos que la solución estará esta semana. La intención es devolver la plata de las cajas transaccionales lo antes posible", dijo un legislador después de la conferencia de Lavagna.
En la convocatoria, el titular del Palacio de Hacienda consideró que el jueves y viernes últimos hubo "operaciones de origen desconocido que dieron lugar a algunas situaciones de nerviosismo y pánico.