REYKJAVIK.- La OTAN declaró una vez más el fin de la Guerra Fría, al aprobar el martes una alianza estratégica con su ex enemiga Rusia para impulsar la lucha contra el terrorismo, el control de armas y el manejo de crisis tras los atentados del 11 de septiembre.
"Juntos, los países que han pasado cuatro décadas mirándose encolerizados a través de un muro de odio y miedo tienen ahora la oportunidad de mejorar la seguridad euro-atlántica", dijo el secretario general de la OTAN, George Robertson, en la reunión.
En la más osada declaración de ampliación de sus horizontes, la alianza occidental de 19 naciones dijo que sus fuerzas deben estar en capacidad de "moverse rápidamente el sitio en que se necesiten" para combatir nuevas amenazas del terrorismo y de armas de destrucción masiva.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) había limitado su acción al área euro-atlántica, pero un funcionario estadounidense dijo que los atentados contra Estados Unidos el 11 de septiembre, por parte de atacantes suicidas relacionados con Afganistán, pusieron fin al debate sobre el área.
Los ministros también acordaron convertir a Croacia en un candidato oficial para formar parte de la OTAN, aunque no será invitada a unirse a la alianza en noviembre, cuando hasta nueve candidatos del centro y el este de Europa aspiran a convertirse en miembros de la organización.
Nuevo consejo
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y los otros 18 ministros de las naciones miembros de la OTAN se reunieron poco después con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Igor Ivanov, para formalizar un acuerdo sobre el nuevo Consejo OTAN-Rusia.
El programa de trabajo para el nuevo organismo comprende antiterrorismo, control de armas, la lucha contra la proliferación de las armas nucleares, químicas y biológicas, el manejo de crisis y mantenimiento de la paz, la seguridad marítima y la respuesta a emergencias civiles.
Ivanov calificó a la nueva estructura de la OTAN "de un nuevo paso radicalmente nuevo en nuestra relación", aunque algunos escépticos afirmaron que no necesariamente otorga al gobierno ruso un papel más destacado que el Consejo Conjunto Permanente de la OTAN, establecido en 1997, en parte para consolar a Rusia por la expansión de la alianza atlántica.
Powell, por su parte, destacó que el acuerdo preserva plenamente la habilidad de la alianza para actuar en forma independiente.
El acuerdo se produjo un día después que Washington y Moscú anunciaron planes de recortar sus arsenales nucleares estratégicos en dos tercios.
"Estos son los ritos finales del funeral de la Guerra Fría, con Rusia como amiga y aliada, y no más como enemiga", dijo a los periodistas el secretario británico de Exterior, Jack Straw.
"La Guerra Fría ha terminado. Acabada. Kaput. Lo que podemos decir ahora con toda seguridad es que Rusia está saliendo del congelador como una socia, aliada y amiga", dijo Straw.
Putin -de cara a críticos intransigentes de Occidente entre su elite política y militar- fue quien dio el ímpetu para una reevaluación de la relación entre Rusia y la OTAN.
El líder ruso respaldó firmemente la guerra contra el terrorismo liderada por Estados Unidos después del 11 de septiembre, ofreciendo a Washington cooperación de inteligencia y acceso a bases aéreas en Asia Central para sus operaciones en Afganistán.
Escenario de la historia
Ivanov dijo que a pesar del arrebato de amistad, Rusia todavía se opone a una "expansión mecánica" de la OTAN en una referencia a la ampliamente esperada adhesión de los tres estados bálticos, que llevaría a la alianza a territorio de la ex Unión Soviética.
"La creación del Consejo OTAN-Rusia no significa que la OTAN y Rusia estarán de acuerdo en todo", dijo Robertson. "Permítanme enfatizar muy claramente que éste no es un viaje sentimental para la OTAN y para Rusia: es un frío y calmado ejercicio de interés colectivo".
En una ironía de la historia, la reconciliación entre la OTAN y Rusia se llevó a cabo cerca de la casa de huéspedes donde en 1989 se reunieron el entonces presidente estadounidense Ronald Reagan y el líder soviético Mijail Gorbachov para conversaciones que no lograron poner fin a la carrera de armas nucleares, pero que fueron el comienzo del fin de la Guerra Fría.