CIUDAD DEL VATICANO.- Juan Pablo II cumplió hoy 82 años trabajando y aprendiendo búlgaro para poder leer en ese idioma todos los discursos que pronunciará la semana próxima durante su visita a Azerbaiyán y Bulgaria, ajeno a las discusiones sobre su eventual dimisión por motivos de salud.
Durante la audiencia concedida a escolares italianos en el aula Pablo VI, el jefe de la Iglesia católica tuvo grandes dificultades para hablar y su discurso debió ser leído en parte por uno de sus colaboradores.
"Muchas gracias por vuestros buenos deseos", dijo Juan Pablo II a los presentes.
Al contrario que con su onomástico (San Carlos, 4 de noviembre), que sí es fiesta en el Vaticano, hoy fue una jornada como otra cualquiera en el pequeño estado.
La única "señal" de que es un día "diferente" es que en todos los edificios ondeó la bandera blanca y amarilla de la Santa Sede.
Otra fue la llegada de miles de telegramas de felicitación desde todo el mundo, así como numerosas tartas y regalos, entre los que destacan un alce de madera alto un metro y una canoa también de madera regaladas por el alcalde de Toronto (Canadá), a donde viajará el próximo mes de julio el Pontífice para presidir la XVII Jornada Mundial de la Juventud.
El alcalde, Mel Lastman, justificó los regalos afirmando que el Papa es como el alce, muy resistente, y que la canoa es como la "barca de San Pedro en Canadá, la primera nave de sus habitantes".
La jornada de Juan Pablo II comenzó oficiando misa en su capilla privada, después recibió en audiencia al cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela; al arzobispo de Pamplona (España), Fernando Sebastián, y al secretario de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Asenjo.
Los prelados españoles se encuentran en Roma para asistir mañana a la canonización en el Vaticano del beato español Alonso de Orozco.
El Obispo de Roma también recibió a un grupo de prelados de Ecuador en visita "ad limina", la que están obligados a realizar al Papa todos los obispos del mundo cada cinco años.
A media mañana recibió a varios miles de personas asistentes a un congreso promovido por las Escuelas Cristianas (los Hermanos de La Salle) y después bendijo una estatua de la santa española María Josefa del Corazón de Jesús (Josefa Sancho de Guerra), fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús de la Caridad.
Esta santa vasca, nacida en Vitoria y fallecida en Bilbao, fue canonizada por Juan Pablo II en el año jubilar de 2000.
Al acto asistieron varios centenares de españoles, encabezados por la presidenta del Congreso de los Diputados, Luis Fernanda Rudi; el embajador de España cerca de la Santa Sede, Carlos Abella, y los alcaldes de Madrid y Bilbao, José María Alvárez del Manzano e Iñaki Azkuna.
También estuvo presente el cardenal camarlengo, el español Eduardo Martínez Somano, y el prelado del Opus Deis, Javier Echevarría.
La estatua ha sido colocada en el exterior de la fachada posterior de la Basílica de San Pedro. Juan Pablo II la bendijo sin bajarse del vehículo en el que llegó. Después saludó a las autoridades y a todos los presentes, que le cantaron en español el "cumpleaños feliz".
El Papa Wojtyla almorzó con los cardenales Angelo Sodano (secretario de estado), Martínez Somalo, Camillo Runi (vicario de Roma) y Bernardin Gantin (decano del colegio cardenalicio).
El almuerzo, como suele ser habitual, fue frugal. La única excepción fue una tarta elegida entre las muchas recibidas.
El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, subrayó que la jornada fue de completa normalidad y desveló que el Papa en estos días estudia búlgaro, ya que tiene previsto leer todos los discursos que pronunciará durante su visita a Bulgaria en ese idioma.
Juan Pablo II viajará el próximo miércoles día 22 a la ex comunista Azerbaiyán (de mayoría musulmana), primera etapa de un viaje de cinco días que le llevará también a la ex comunista Bulgaria, de mayoría ortodoxa.
Se trata de una visita de marcado carácter interreligioso y ecuménico y con el mismo, además, pretende tender nuevos puentes hacia su deseado viaje a Moscú, al que se opone el patriarca ortodoxo Alejo II.
Respecto a las voces sobre una eventual dimisión del Papa por motivos de salud, Navarro reiteró lo que dijo Juan Pablo II el pasado miércoles, que "continuará al frente de la Iglesia mientras Dios quiera".
Navarro subrayó que el Papa no tiene en cuenta el revuelo formado y que en estos momentos sólo piensa en el viaje y en seguir sirviendo a la Iglesia allí donde haga falta.
El revuelo se formó después de que dos cardenales, el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga y el alemán Joseph Ratzinger dijeran que no excluyen que pueda renunciar al Solio Pontificio si ve que no puede continuar gobernando a la Iglesia por motivos de salud.
El purpurado italiano Ersilio Tonini se unió hoy a los anteriores afirmando que está seguro, conociendo el sentido de responsabilidad del Papa, de que éste renunciará el día que vea que no puede seguir adelante.