BUENOS AIRES.- Frente a las presiones ejercidas por los países europeos en la reciente cumbre en Madrid, el presidente argentino, Eduardo Duhalde, reconoció que "no hay otra alternativa que arreglar con el Fondo Monetario Internacional" porque ese será "el salvoconducto para la recuperación de la economía".
En sendas entrevistas que publican hoy los diarios "Clarín" y "La Nación", Duhalde señaló que el país cumplirá con las exigencias impuestas por el organismo como condiciones previas para la negociación de un acuerdo que permita el envío de asistencia financiera.
"Vamos a tener las leyes que nos piden y el acuerdo con las provincias listos antes de fin de mes y firmaremos el acuerdo en junio", aseguró el primer mandatario, quien luego recalcó: "Todos están convencidos de que tenemos que reinsertarnos en el mundo".
España e Italia fueron los países que más insistieron públicamente en la necesidad de que Argentina logre un entendimiento con el FMI para poder recibir luego la ayuda de la comunidad internacional.
"El acuerdo con el Fondo es el salvoconducto para que los países de la Unión Europea puedan establecer tratados bilaterales importantes", afirmó Duhalde en referencia a la posición expuesta por el presidente del gobierno español, José María Aznar, en la cumbre de países europeos, latinoamericanos y del Caribe celebrada el viernes pasado.
La firma del entendimiento habilitará el desembolso de créditos ya acordados con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que se destinarán a la prefinanciación de exportaciones y a capital de trabajo para las pequeñas y medianas industrias, según precisó el presidente, quien sin embargo no quiso detallar las cifras de los préstamos.
Argentina necesita con urgencia asistencia financiera externa para evitar entrar en cesación de pagos con los organismos multilaterales -que habían quedado exceptuados del "default" de la deuda externa declarado a fines de 2001-, frenar casi cuatro años de recesión económica incentivando la reactivación y financiar los planes sociales para paliar la pobreza y el desempleo en constante aumento.
Duhalde admitió en diálogo con "Clarín" que "Argentina es una olla a presión", en referencia al riesgo de un estallido social. No obstante, aseguró que "lo que se nota ahora es una menor conflictividad social".
"Los primeros días me traían la lista de conflictos en un cuadernillo y ahora lo hacen en una hoja", señaló.
Por otra parte, subrayó que la prioridad del gobierno es resolver las restricciones financieras ("corralito").
"No hay fecha para salir del ’corralito’, no es sencillo. No es sólo una cuestión del Ejecutivo, sino que también debemos acordar con el Congreso y, en alguna medida, con el Poder Judicial para saber qué pasos dar", afirmó Duhalde.
El mandatario minimizó asimismo la crisis surgida entre el Banco Central y el Ministerio de Economía por las diferencias en los planes para resolver el tema del "corralito", a la vez que negó que fuera a haber renuncias de funcionarios.
En ese sentido, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, señaló que "algunos bancos quieren que el Estado pague todo el costo de salir del ’corralito", pese a que su postura se basa en que haya "corresponsabilidad" entre ambas partes para resolver la crisis del sistema financiero.
Lavagna insistió en tanto en su proyecto de canjear de forma voluntaria los ahorros atrapados en los bancos por bonos del Estado, iniciativa resistida por las entidades.
Por otra parte, afirmó que el alza que registró la cotización del dólar en los últimos días fue "creada artificialmente", impulsada por la "puja" entre el Banco Central y Hacienda por la resolución del problema financiero.