BEIRUT.- El Consejo de Seguridad Interior libanés se reunió hoy para evaluar la situación tras los atentados que han sacudido el país este año, el último de ellos el que causó la muerte ayer en Beirut de Yihad Yibril, hijo del líder radical palestino Ahmed Yibril.
Horas después del asesinato con una bomba colocada en su coche de Yihad Yibril, responsable militar en el Líbano del Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG), que encabeza su padre, fue encontrado muerto con signos de violencia Ramzi Irani, dirigente cristiano desaparecido desde el 7 de mayo.
Los restos mortales de Irani fueron encontrados en un estado de descomposición avanzada, acribillados a balazos, en el maletero de su coche, del que no se había robado nada, por lo que se cree que fue asesinado poco después de su secuestro y por motivos políticos.
Inmediatamente, el ministro del Interior, Elias Murr, que preside el Consejo de Seguridad Interior, convocó a este organismo, que reúne además a los responsables de los cuerpos policiales y de información del Estado libanés.
Hasta ahora se sabe que tres personas han sido detenidas y permanecen incomunicadas en relación con el atentado contra Yibril y una por el asesinato de Irani, pero no ha trascendido ninguna información sobre su identidad u otros detalles.
Las muertes violentas de Yibril y de Irani se unen a la del dirigente cristiano libanés Elie Hobeika, ex ministro y líder de las Falanges Libanesas, acusado de dirigir las matanzas de los campos de refugiados palestinos de Shabra y Chatila en 1982, con la colaboración del Ejército israelí que ocupaba Beirut.
El líder druso Walid Yumblat, uno de los políticos más populares del Líbano, indicó hoy que, doce años después del final de la guerra civil, "comienzan a aparecer nuevos signos de inseguridad y tensiones" como las que estuvieron en el origen de la contienda que asoló el país desde 1975 a 1990.
Yumblat dijo que "parece no haber vínculos" entre los asesinatos de Yibril e Irani, aunque apuntó que "sí hay similitudes" entre los atentados contra Yibril y Hobeika, y aseveró que "algunas personas, pertenecientes o no a los servicios de seguridad, están jugando con fuego y nos pueden quemar a todos", sin más explicaciones.
El propio Ahmed Yibril acusó ayer a Israel de estar tras el asesinato de su hijo: "El ’Mosad’ (servicio secreto israelí) había intentado asesinar a Yihad tres veces y ha tenido éxito en la cuarta".
Tras la muerte de Hobeika, todos los partidos y autoridades libanesas acusaron a Israel del atentado, cometido con un coche bomba junto a su casa y en el que murieron también tres de sus guardaespaldas.
Hobeika había anunciado poco antes de ser asesinado que iba a facilitar información sobre la participación de los israelíes en las matanzas de Shabra y Chatila hace 20 años, en concreto del actual Primer Ministro y entonces ministro de Defensa, Ariel Sharón.
Un grupo hasta ahora desconocido, el Movimiento de los Nacionalistas Libaneses, se responsabilizó del atentado que ayer costó la vida a Yibril y le acusó de actuar a las órdenes de Siria en contra de los intereses del Líbano.
Para los autores del comunicado, Siria "ha recibido varios golpes en el Líbano para obligarla a retirar su mano, sus soldados, sus agentes secretos y sus colaboradores del territorio libanés".
"Si ustedes (los sirios) quieren la guerra, abran el frente en su territorio. El Líbano ha pagado demasiado caras las guerras ajenas y ha llegado el momento de que los libaneses decidan solos su destino y su futuro", concluye el escrito.
Sin embargo, comentaristas políticos libaneses no conceden credibilidad a este comunicado y uno de ellos apuntó que "está destinado a desviar la atención de los investigadores sobre los verdaderos autores del crimen".
Siria tiene alrededor de 20.000 soldados destacados en el Líbano y Damasco supervisa las decisiones políticas y los nombramientos oficiales importantes que se realizan en Beirut.
Los restos mortales de Yihad Yibril están expuestos en el campamento de refugiados palestinos de Burj Brajnev, en el sur de Beirut, a la espera de ser trasladados a Damasco, lugar en el que tiene su sede el FPLP-CG, donde sus funerales serán mañana.