JERUSALEN.- Excavadoras enviadas por las autoridades municipales de Jerusalén demolieron ayer dos edificios habitados por árabes-israelíes, es decir, palestinos con nacionalidad israelí, en la zona este de la ciudad, donde se encuentra enclavado el barrio árabe.
Las autoridades municipales de Jerusalén anunciaron la próxima destrucción de otras cuarenta viviendas.
Desde 1967 en que Israel ocupó Jerusalén, la ciudad está dividida en dos zonas: la oeste, habitada por unos 600.000 israelíes, y la este, con unos 200.000 palestinos y que la Autoridad Nacional Palestina reclama para capital de su futuro Estado, como establece la iniciativa de paz de Arabia Saudí.
La penetración israelí en Jerusalén Este a base de confiscaciones y el levantamiento de barrios judíos en su interior significa que existe un "plan de Israel de tomar la parte este de la ciudad para que luego no pueda ser dividida", dijo un portavoz de los vecinos afectados por el derribo de las viviendas, situadas en los barrios de Al Ashkarieh y de Beih Hanina.
Al mismo tiempo que se derruían los dos inmuebles, inspectores municipales israelíes anunciaron el derribo de otras cuarenta viviendas habitadas por árabes-israelíes con el pretexto de que están construidas de forma ilegal.
La demolición de los dos edificios la realizó un fuerte contingente formado por policías de unidades especiales y de fronteras que cercaron ambas zonas desde por la mañana temprano y, tras declararlas "áreas militares", cerraron su acceso a los ciudadanos y periodistas.