SAN JOSE.- Siete sacerdotes han sido denunciados en Costa Rica por abusos sexuales a menores y "hay conocimiento" de que pastores evangélicos cometieron actos similares, informó hoy, jueves, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
Rosalía Gil, presidenta del PANI, organismo estatal encargado de velar por la niñez en Costa Rica, dijo hoy en rueda de prensa que algunos de estos casos son recientes y otros no.
Uno de estos casos se tramita en un juzgado de Ciudad Quesada, en el cantón (municipio) de San Carlos, norte del país, donde el sacerdote Francisco Calvo, denunciado por abusos sexuales contra un menor de catorce años, ha negado los cargos.
Gil indicó que tres de los sacerdotes denunciados, que no identificó, fueron reubicados en otras zonas del país.
La presidenta del PANI tampoco precisó si el resto de los casos de curas denunciados serán tramitados en juzgados.
"No se trata de una acusación, sino de una voz de alerta para evitar que esto continúe", advirtió Gil, quien señaló que también se tiene conocimiento de pastores evangélicos que han abusado de sus propios hijos, lo cual consideró "preocupante".
"Hemos recibido tres denuncias en la que los menores abusados son hijos de pastores. Estos casos los estamos investigando", aseguró Gil.
Añadió que la Iglesia en general, católica y evangélica, "no es la excepción", pues estos abusos se dan en otros sectores, pero advirtió que la diferencia ahora es que las víctimas se atreven más a hacer denuncias.
"Queremos dar esta voz de alerta de protección a la niñez para que la sociedad sea consciente de lo que sucede", subrayó Gil.
En uno de los casos anteriores, un sacerdote, cuyo nombre no ha sido revelado, fue condenado a tres años de prisión luego de una acusación de abusos sexuales contra menores en 1994, cuando ejercía el sacerdocio en Pérez Zeledón, sur del país.
Tras descontar la pena, se arrepintió y volvió al sacerdocio, ahora en una parroquia de San José, dijo la funcionaria de PANI.
El arzobispo de San José, Román Arrieta, insistió en que se aplicará "cero tolerancia" en aquellos casos comprobados, pero señaló que a los sacerdotes que cumplan su condena y se arrepientan "se les da una segunda oportunidad".
