JERUSALEN.- El Gabinete de Seguridad Nacional, que se reunió esta mañana para discutir la respuesta de Israel a la muerte ayer de cuatro israelíes, no ha tomado ninguna resolución concreta, aunque seguirá la propuesta del ministro de Defensa de continuar con las incursiones en territorios palestinos.
El Gabinete, que volverá a reunirse la semana próxima, seguirá los consejos del titular de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, quien dijo que deben continuar las incursiones militares específicas cuando existan informaciones de los servicios de inteligencia israelíes que apunten a la existencia de activistas palestinos.
Las incursiones no serán como las llevadas a cabo durante la llamada "Operación Muro de Defensa", que consistió en una invasión masiva de los territorios cisjordanos, sino que el Ejército permanecerá donde considere durante un tiempo limitado y se retirará cuando haya cumplido sus objetivos, dijo Ben Eliezer.
Durante la reunión, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Saúl Mofaz, propuso echar al presidente palestino, Yaser Arafat, a lo que se opuso Ben Eliezer, mientras que el primer ministro, Ariel Sharón, le hizo callar al espetarle: "Ocúpate de las cuestiones militares y no trates de dirigir la política del país".
El jefe de los servicios de inteligencia de Israel, Avi Dichter, y Saúl Mofaz propusieron que el Ejército permanezca en los territorios palestinos hasta que sean creadas las llamadas ’’zonas de amortiguación’’, es decir, zanjas, muros u otro tipo de obstáculos físicos para impedir el libre paso de los palestinos, salvo por los puestos de control militares.
Tres israelíes y un palestino murieron anoche cuando éste último penetró en el asentamiento judío de Itamar, situado al este de la ciudad cisjordana de Naplusa.
Los israelíes muertos eran estudiantes talmúdicos y, además de ellos, hay un cuarto colono que resultó herido leve en el ataque.
Horas antes, un israelí identificado como Albert Malul, residente en Jerusalén, también murió al ser alcanzado por los disparos contra el coche en el que viajaba entre los asentamientos de Ofra y Bet El, en las cercanías de Ramala.
Aparentemente en reacción a este ataque, el Ejército israelí invadió Ramala horas después.
El Ejército de Israel incrementó hoy las operaciones de búsqueda de supuestos activistas palestinos y posibles suicidas en ciudades cisjordanas, que mantiene bajo toque de queda.
Las operaciones militares de registro continúan en las afueras de Ramala, al igual que en la ciudad bíblica de Belén, ocupada por el Ejército desde hace tres días, donde la noche pasada fueron arrestados ocho palestinos.
Las tropas israelíes mantienen cercada la Basílica de la Natividad de Belén para impedir que "militantes armados palestinos" busquen refugio en ella, mientras las tropas actúan en la ciudad y en el campo de refugiados de Beheisheh.
Los habitantes de Belén, que apenas se han recuperado de la última ocupación militar con el consiguiente toque de queda durante 38 días, permanecen encerrados en sus casas desde hace tres, cuando penetró el Ejército, sin provisiones y sin poder ir a comprar, y con un gran escepticismo ante la nueva invasión, dijeron a EFE fuentes de la orden franciscana de la Basílica.
"Hay en Belén una gran tensión, una inseguridad, un pesimismo por el futuro, porque se sienten castigados por nada y llueve sobre mojado", dijeron.
Los religiosos de la Basílica de Belén han cerrado a cal y canto el recinto religioso, mientras vehículos blindados y tanques patrullan sus alrededores.
Tras 24 horas de la primera incursión, el Ejército penetró esta mañana en la ciudad cisjordana de Kalkilia "con el objetivo de evitar que salgan de ella palestinos suicidas", dijo un oficial israelí.
Las últimas informaciones señalan que cinco hombres han sido detenidos en Belén y Ramala.
Por otra parte, las Brigadas de los Mártires de Al-Aksa, que se atribuyeron los ataques contra los cuatro israelíes muertos ayer, han anunciado que van a interrumpir los atentados en Israel, aunque los continuarán en los asentamientos judíos en los territorios palestinos.