BUENOS AIRES.- El Presidente argentino Eduardo Duhalde dijo el jueves que el gobierno estudia un aumento salarial para equilibrar el deteriorado poder adquisitivo de los empleados sin generar un ascenso en el nivel de inflación, que en los cuatro primeros meses del año superó el 20%.
El Ministerio de Trabajo estudia un aumento no proporcional sino a partir de una suma fija que oscilaría entre los 50 y 100 (13 y 26 dólares) que alcanzaría a mitigar sólo mínimamente los efectos del aumento en el costo de vida.
Duhalde dijo a una radioemisora que se analizará con sectores gremiales y empresarios "a qué sectores puede llegar (el incremento de sueldos) o si va a ser general".
El salario mínimo legal argentino es de 250 pesos (unos 69 dólares), en tanto que en el sector privado se estima un piso de 320 pesos (unos 89 dólares).
Pero el desfase entre el nivel de ingresos y el costo de vida es irreconciliable: según datos oficiales, una familia tipo de cuatro integrantes que vive con menos de 600 pesos al mes es considerada pobre.
Al respecto, la viceministro de Trabajo, Noemí Rial, reconoció que "el salario está deprimido y tarde o temprano la recomposición se va a tener que instalar".
Hasta ahora el gobierno ha evitado avanzar sobre un aumento de salarios ante el temor de generar una estampida inflacionaria.
Pero según economistas, un aumento fijo como el proyectado por el Ministerio de Trabajo no alimentaría la inflación.
"Nadie puede oponerse a un aumento de salarios cuando la devaluación ya superó el 250%", dijo el empresario Manuel Solanet, de la Fundación Económica de Investigaciones Latinoamericanas (FIEL).
Desde que en enero Duhalde devaluó el peso casi un 30%, los precios minoristas han subido el 20,1%, golpeando aún más una economía en recesión desde hace casi cuatro años, con un nivel de desempleo del 22% y la mitad de sus 36 millones de habitantes viviendo en la pobreza.