MOSCU.- Rusia confía en que su mediación permita desactivar el conflicto entre India y Pakistán, aunque la embajada de Islamabad en Moscú ya advirtió de que su país "empleará todos los medios" si es agredido, sin descartar las armas nucleares.
El Presidente ruso, Vladímir Putin, se estrenará como mediador en una Conferencia sobre Medidas de Confianza en Asia que el lunes y martes reunirá en Kazajistán, entre otros, al Presidente paquistaní, Pervez Musharraf, y al primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee.
La misión de Putin, que ya obtuvo el respaldo internacional, no es nada fácil, puesto que su iniciativa chocó con una actitud muy fría por parte de Nueva Delhi, pese a ser Moscú su fiel aliado, y con advertencias bastante belicosas de Islamabad.
El embajador paquistaní en Moscú, Iftihar Murshed, dijo el viernes que su país "empleará todos los medios que tiene a su disposición para defenderse si es agredido", sin descartar las armas nucleares que posee.
Las palabras de Murshed contrastaron con las del embajador indio en Moscú, Krishnan Raghunath, quien había asegurado la víspera que su país "no será el primero en utilizar las armas nucleares en caso alguno", incluso ante una "aguda escalada de tensión" con Pakistán.
El diplomático paquistaní señaló a la agencia rusa Interfax que Islamabad hará uso de todo su potencial incluso "si la agresión es dirigida contra la más pequeña parte de su territorio".
Murshed indicó que Pakistán no hará más pruebas con misiles balísticos en un futuro próximo, pues tales maniobras, con tres lanzamientos de cohetes de medio y corto alcance en los últimos días, "han sido completadas".
El embajador afirmó que estos ejercicios no tenían que ver con la actual crisis entre su país y la India, que ha puesto a los dos estados al borde de su cuarta guerra, que muchos temen puede ser la última, pues ambos disponen de armamento nuclear.
Islamabad y Nueva Delhi se disputan la región de Cachemira, habitada por una mayoría musulmana y en su mayor parte bajo control indio.
La India acusa a Pakistán de respaldar a los extremistas musulmanes que luchan contra las tropas indias, mientras que Islamabad responsabiliza a Nueva Delhi de la violencia desatada por radicales hindúes contra la población islámica india.
Los últimos días se sucedieron las escaramuzas armadas en la zona fronteriza, donde casi un millón de soldados esperan sólo la orden para atacar, mientras Estados Unidos, el Reino Unido y otros países ya pidieron a sus ciudadanos que abandonen la región.
En esta tensa situación, Moscú hizo su oferta de mediación, que ya obtuvo el respaldo de la Unión Europea y de EE.UU., cuyo secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, viajará a la región la próxima semana para intentar por su parte calmar las pasiones.
Sin embargo, India echó por tierra las esperanzas de una reunión Vajpayee-Musharraf en Alma Ata, antigua capital kazaja, al descartar su embajador en Moscú todo encuentro, ya sea bilateral o trilateral, y rechazar los buenos oficios de terceras partes.
Pero el Kremlin insistió en que Putin en sus citas por separado con ambos líderes en Alma Ata procurará al menos "descargar la tensión", pero con la ambición de "despejar el camino para los contactos bilaterales entre Vajpayee y Musharraf".
Al mismo tiempo, Moscú ha dejado claro que la India es su aliado y que el origen de la actual crisis está en las incursiones de terroristas musulmanes en Cachemira desde Pakistán, aunque sigue llamado a las partes a un compromiso.
El Kremlin instó a Pakistán a "dar el primer paso necesario para desactivar la actual situación con India" e insistió en que "debe interrumpirse el cruce de la Línea de Control por grupos terroristas".
El embajador paquistaní dijo que Moscú y Nueva Delhi "no actúan de forma constructiva" y denunció que "el suministro continuado de armas rusas a la India crea problemas innecesarios".
Moscú anunció que "no planea" suspender los suministros de armas a la India, segundo cliente más importante de la industria bélica rusa después de otro gigante asiático, China.
Sin embargo, Murshed agradeció la iniciativa de Putin, al señalar que cualquier mediación es "bienvenida", y aludió por su parte a los próximos viajes a Pakistán de Rumsfeld y del subsecretario de Estado norteamericano, Richard Armitage.
Por otra parte, el próximo miércoles llegarán a Moscú el enviado especial de Musharraf, Faruk Legari, y el asesor de seguridad nacional del Gobierno indio, Brajesh Mishra, aunque Murshed señaló que las visitas se producen al mismo tiempo por "pura coincidencia".