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ONU evacuará a familias de funcionarios de India y Pakistán

Ante el despliegue a ambos lados de la frontera de cerca de un millón de soldados, apoyados por aviones de guerra, tanques y baterías, el organismo internacional decidió evacuar a los familiares de sus trabajadores.

01 de Junio de 2002 | 08:23 | EFE
NUEVA DELHI.- La ONU se ha sumado a la cada vez más larga listas de países que preparan la evacuación de sus ciudadanos de la India y Pakistán, ante el riesgo de una guerra inminente entre estos rivales asiáticos armados con bombas atómicas.

En los próximos días, millares de extranjeros podrían abandonar la India y Pakistán, mientras estos países se deslizan hacia la guerra a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional para impedirlo.

Ante el despliegue a ambos lados de la frontera de cerca de un millón de soldados, apoyados por aviones de guerra, tanques y baterías, la ONU decidió evacuar a los familiares de sus trabajadores.

La medida fue tomado en la sede de la ONU en Nueva York y la salida del personal podría comenzar en los próximos días, según declaró un portavoz de dicho organismo internacional en la capital paquistaní, Islamabad.

Esta decisión de la ONU sigue a la tomada ayer por Estados Unidos y el Reino Unido de pedir al personal no esencial de sus embajadas en la capital india y a sus ciudadanos que abandonaran el país ante el riesgo de una guerra.

Canadá y Australia hicieron lo mismo; Nueva Zelanda anunció que retiraba a los familiares de sus diplomáticos; Alemania aconsejaba a sus ciudadanos abandonar ambos países, y Dinamarca advertía a sus nacionales de no viajar ni a la India ni a Pakistán.

La semana pasada, el Reino Unido anunció que retiraba de Pakistán a su personal diplomático no esencial y familiares, y Estados Unidos lo hizo en marzo pasado, ante el temor de posibles atentados de integristas musulmanes.

Según fuentes del Pentágono, 12 millones de personas podrían morir y otros seis millones resultar heridas si la India y Pakistán utilizaran las bombas nucleares que tienen en sus arsenales desde 1998, cuando ambos países realizaron con éxito ensayos atómicos.

En las calles de Nueva Delhi no se advierte temor a una guerra inminente, pero los soldados indios y paquistaníes desplegados a la largo de la Línea de Control que divide la región himalaya de Cachemira continúan con el intercambio de fuego ininterrumpidamente.

En la zona india de la frontera, dos personas resultaron heridas el viernes por la noche por el fuego de los soldados paquistaníes, y decenas de civiles y soldados murieron a ambos lados de la línea desde que comenzó el intercambio de fuego hace dos semanas.

Otra persona murió y más de 12 resultaron heridas anoche, al estallar una granada lanzada por guerrilleros islámicos contra un puesto de las Fuerzas de Seguridad Fronterizas en Srinagar, la capital cachemirí.

La violencia de los militantes y el intercambio de fuego de los ejércitos estuvo acompañado por otro de los incidente diplomáticos que salpican regularmente las relaciones entre la India y Pakistán.

Según el Ministerio indio de Exteriores, un empleado de su embajada en Islamabad, Kulwant Singh, fue detenido hoy por la mañana cerca de su domicilio, en aparente represalia por el arresto ayer en Nueva Delhi de un empleado de la embajada paquistaní, que portaba documentos clasificados que le entregó un espía indio.

El ministro indio de Defensa, George Fernades, actualmente en Singapur donde asiste a una conferencia sobre seguridad, trató ayer de restar importancia a la crisis militar y calificó de ’’estable’’ la situación en la frontera con Pakistán, pero hoy subrayó que no parece cercana una solución al conflicto.

Las últimas tensiones entre la India y Pakistán brotaron en diciembre de 2001 cuando guerrilleros islámicos atacaron el Parlamento federal indio (asalto en el que murieron 14 personas, incluidos los atacantes), y se complicaron hace dos semanas cuando un comando atacó un cuartel militar en la Cachemira india y asesinó a más de 30 personas, entre ellas mujeres e hijos de los militares.

La India, que culpó de los ataques a los guerrilleros islámicos con base en Pakistán y acusa al Gobierno de ese país de entrenarlos y financiarlos, reaccionó al asalto contra el Parlamento con el envío de cientos de miles de soldados a la frontera con Pakistán, cuyo Ejecutivo hizo lo propio.

Cerca de un millón de soldados están ahora desplegados a ambos lados de la frontera listos para el combate, aunque la mayor concentración de tropas está en Cachemira, causa de dos de las tres guerra libradas por la India y Pakistán desde su independencia del imperio británico en 1947.
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