PARIS.- Escaso interés parece suscitar la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas que se celebran hoy, pues según los últimos datos el porcentaje de participación es inferior a lo registrado en otras contiendas similares, informó el Ministerio del Interior.
Hasta este mediodía (hora de París), habían emitido su voto apenas el 19,73 por ciento de los 41 millones de electores convocados, informó ese Ministerio.
En las elecciones legislativas de hace cinco años a esa hora había depositado su papeleta el 22,74 por ciento y en la primera ronda de las presidenciales del pasado 21 de abril el porcentaje fue del 21,41 por ciento.
Sólo unos pocos candidatos, de la cifra récord de 8.400 que entran en liza en estos comicios, conseguirán en esta primera ronda la mayoría necesaria para obtener escaño en la Asamblea.
A la segunda ronda pasarán los candidatos que como mínimo hayan conseguido un 12,5 por ciento de votos, según la ley electoral gala.
De acuerdo con una encuesta divulgada ayer por el periódico "Le Parisien", la derecha conservadora del presidente, Jacques Chirac, podría hacerse con 410 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional, para un mandato de cinco años.
En segundo lugar quedaría la izquierda con un máximo de 196 escaños, y el xenófobo Frente Nacional (FN) de Jean-Marie Le Pen con un máximo de cuatro. Las grandes movilizaciones del pasado mes de mayo contra el FN apenas han potenciado el interés de los franceses por esta nueva cita con las urnas.
Los colegios electorales abrieron a las 8:00 (6:00 GMT) y cerrarán a las 20:00 (18:00 GMT) en las grandes ciudades. Los primeros resultados podrían conocerse, como es tradicional, alrededor de las 20:00 o 21:00 (local).
Existe la preocupación entre la clase política de que en la ciudadanía francesa predomine un sentimiento de "saturación" por el hecho de celebrar dos elecciones con poco tiempo de distancia: las presidenciales a principios de mayo y ahora las legislativas.
Tras su victoria en la segunda vuelta de las presidenciales, el pasado 5 de mayo, Chirac encargó al liberal de derechas Jean-Pierre Raffarin que ocupara el cargo de primer ministro interino, después de que el socialista Lionel Jospin abandonara el cargo por la debacle electoral de su partido.
Chirac convocó a la formación de una Unión por la Mayoría Presidencial (UPP) para evitar -como en los cinco últimos años- una incómoda reedición de la "cohabitación" política con la izquierda.