BUENOS AIRES.- El general retirado Mario Menéndez, quien comandó las tropas argentinas en la guerra de 1982 contra Gran Bretaña por la posesión de las Islas Malvinas, admitió que el Gobierno que presidía entonces su país no había previsto la posibilidad de un conflicto bélico.
"Los planes eran sólo para la ocupación (del archipiélago) y cinco días más. El resto no estaba preparado, no estaba estudiado", dijo en una entrevista que publica hoy el diario bonaerense "Clarín" con motivo de haberse cumplido ayer 20 años de la finalización de esa guerra que dejó unos 800 muertos.
El 2 de abril de 1982, soldados argentinos ocuparon las Islas Malvinas, episodio que un mes después desató una guerra con el Reino Unido que concluyó con la rendición de las tropas comandadas por el general Menéndez.
"Nos encontramos envueltos en una guerra que Argentina no había buscado, que no había previsto. Se llevó a cabo un acto militar que debía motivar una negociación política. Lamentablemente, esos supuestos no se dieron", destacó.
Menéndez, quien firmó el 14 de junio la rendición de las tropas argentinas ante el Ejército británico, fue absuelto por los tribunales (militar y civil) que juzgaron las responsabilidades de conducción en esa guerra de 45 días.
Argentina había reclamado sin éxito en los foros internacionales la devolución de las Islas Malvinas, ocupadas militarmente desde 1833 por Gran Bretaña, y para 1982 se encontraban estancadas las negociaciones bilaterales, con el auspicio de las Naciones Unidas, para una solución pacífica a esa controversia.
Menéndez dijo que la Junta Militar que gobernaba Argentina dispuso invadir el archipiélago "para apurar las negociaciones", pero ante la respuesta del Gobierno de Londres de enviar tropas "se decidió reforzar la defensa de Malvinas y eso no estaba previsto".
"Si quiere enfrentar lo imprevisto tiene que improvisar. Ibamos detrás de los acontecimientos (...), siempre nos faltaban diez (centavos) para el peso", admitió, tras relatar que las tropas argentinas enviadas al archipiélago "no tenían ni baños, ni panadería, ni un montón de cosas".
La mayoría de los soldados argentinos enviados a las Malvinas eran jóvenes de 18 años, con mínima instrucción militar y armamento inferior al de las tropas británicas.
Al relatar las acciones bélicas previas a la rendición, Menéndez dijo que las defensas argentinas "iban cayendo poco a poco", pues no tenían municiones y que sólo les quedaban "algunos fusiles y ametralladoras ante un enemigo que lo tenía todo, con mayor poder de fuego".
"Mientras el Gobierno argentino tuviera posibilidades de negociar, la resistencia de mis hombres tenía sentido (...), pero hay un momento en que me dije 'ni uno más', ni un muerto argentino más. La rendición (el 14 de junio) fue la decisión más importante de mi vida, la tomé con mucha rabia, con mucho desasosiego", reconoció.