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El terrorista suicida viajaba en el autobús

Agolpados de un lado de la barrera de seguridad, numerosos israelíes furiosos exigían "la expulsión" de los árabes. Del otro, jóvenes palestinos miraban la escena sin pestañear.

18 de Junio de 2002 | 09:41 | Agencias
JERUSALEN.- El palestino suicida que esta mañana mató a otras 19 personas, haciendo estallar los explosivos que llevaba escondidos, viajaba a bordo del autobús, cuyos restos calcinados quedaron en mitad de la calle Dov Yossef, en el sur de Jerusalén.

Agolpados de un lado de la barrera de seguridad, numerosos israelíes furiosos exigían "la expulsión" de los árabes. Del otro, jóvenes palestinos miraban la escena sin pestañear.

Los pasajeros de este autobús de la línea 32 se dirigían al trabajo o a la escuela. Habían salido del barrio de colonización de Gilo, construido en las tierras conquistadas por Israel durante la guerra de 1967 y ahora dentro de los límites municipales de Jerusalén.

Pero esta mañana la muerte viajaba con ellos. El terrorista suicida había subido también, haciendo estallar la bomba, que al parecer llevaba escondida en un bolso, en el momento en que más pasajeros había.

El atentado fue cometido por Mohammed al-Ghul, de 23 años, oriundo del campo de refugiados palestinos de Al Fará, situado entre Naplusa y Jenín, en el norte de Cisjordania.

La bomba mató a 19 personas, entre ellas varios niños, hiriendo a otras 50.

En la calle Dov Yossef, muy cerca del barrio árabe de Beit Safafa, que forma parte de Jerusalén, los socorristas se activaban, atendiendo a los heridos y evacuando los cadáveres.

Los restos del bus calcinado estaban regados varios centenares de metros a la redonda.

De un lado de la barrera de seguridad, enarbolando una bandera amarilla con la efigie del difunto rabino Meir Kahana, conocido por sus tesis racistas, una decena de judíos pedía a gritos la partida de Yasser Arafat, el presidente de la Autoridad Palestina, y "la expulsión de los árabes" de Israel y los territorios palestinos.

"Arafat es responsable. No hace nada por detener a los terroristas que matan inocentes. Hay que desembarazarse a toda costa de Arafat, si no esto va a seguir", exclamó Haida, una judía estadounidense, recién llegada de Miami, que fue al lugar del atentado para "manifestar su indignación" junto a parientes israelíes.

Frente a ellos, varios árabes israelíes miraban esta escena de desolación. "Este es un barrio árabe", afirmó Suleiman hablando de Beit Safafa. Dijo que salió al balcón de su casa, situada a pocos metros, cuando oyó la explosión. "Fue un terrible bang que casi nos deja sordos", concluyó.
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