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Estrategia de Bush contra terrorismo es atacar antes que ataquen

La tesis se basa en la creencia de que ninguna defensa, por exhaustiva que fuese, puede prevenir todos los ataques terroristas con armas de destrucción en gran escala, sea por un estado o un grupo armado.

19 de Junio de 2002 | 09:33 | AP
WASHINGTON.- La esencia de la estrategia antiterrorista del Presidente George W. Bush es la siguiente: si uno está convencido de que van atacarlo, conviene atacarlos antes.

Se basa en la creencia de que ninguna defensa, por exhaustiva que fuese, puede prevenir todos los ataques terroristas con armas de destrucción en gran escala, sea por un estado o un grupo armado.

Bush no está dispuesto a esperar el apoyo internacional antes de lanzarse tras los aspirantes a terroristas. En esto se aparta de gobiernos anteriores, que solían esperar a que se formara una coalición amplia antes de enviar tropas a la guerra.

El gobierno de Bill Clinton reunió minuciosamente a los miembros de la Alianza Atlántica en 1999 antes de conducirlos en la guerra aérea contra Yugoslavia.

El Presidente George Bush padre unió prácticamente a todo el mundo contra Saddam Hussein en 1990-91 después de la invasión iraquí de Kuwait. Eso le tomó seis meses; cuando empezaron los disparos, bastaron 12 días para expulsar las fuerzas de Saddam de Kuwait.

Funcionarios oficiales niegan que el uso del poderío militar sea el alfa y el omega de su política. No se niegan a tomar medidas económicas, diplomáticas y de otro tipo contra amenazas terroristas en potencia.

Otros analistas sugieren que Estados Unidos no es el único que utilizaría la acción preventiva: sus enemigos podrían usarla en su contra. Por ejemplo, si Saddam presiente un ataque militar norteamericano, podría atacar preventivamente los centros urbanos de Estados Unidos.

Desde luego, la doctrina Bush, promulgada el 1 de enero, tiene partidarios y adversarios.

Las tendencias unilaterales de Bush inquietan a los europeos, sobre todo en cuanto concierne a Irak. Según el analista Robert Kagan, los europeos se basan en su propia historia para sostener que no es necesario ir a la guerra para contener a Irak.

Tonterías, dice el ex secretario de Estado George Schultz.

En un discurso en defensa de la fuerza preventiva, Schultz dijo que "las amenazas son muy reales, no debemos flaquear ni desviarnos de nuestros esfuerzos para poner fin a esta arma terrible e inaceptable: el terrorismo".

La posición de Schultz no sorprende a nadie. Es partidario del ataque preventivo desde sus primeros años en el gobierno de Ronald Reagan.

La ex primera ministra británica Margaret Thatcher coincide. "No es el momento de flaquear", dice, repitiendo la frase que ella hizo célebre hace 12 años al abogar por el uso de la fuerza para poner fin a la invasión iraquí de Kuwait.

"La supervivencia (de Saddam) después de perder la Guerra del Golfo Pérsico ha dañado la imagen de Occidente en una región donde el único pecado imperdonable es la debilidad", escribió Thatcher recientemente.