MADRID.- Millones de españoles dejaron de trabajar este jueves debido a una huelga general convocada por las dos grandes centrales sindicales españolas, que paralizó numerosas actividades, la víspera de la cumbre europea de Sevilla (sur).
Los dos sindicatos UGT (Unión General de Trabajadores, cercana a los socialistas) y CCOO (Comisiones Obreras, próxima a los comunistas) expresaron su satisfacción durante la mañana a los medios de comunicación -que trabajan con normalidad- por el "éxito total" del movimiento, convocado para protestar por la reforma del desempleo aprobada por el gobierno.
El ejecutivo español estimó por su parte que el impacto de la huelga sobre la actividad era "muy débil". "No ha habido huelga general", afirmó a la prensa durante la mañana el portavoz del gobierno, Pío Cabanillas.
Fuentes independientes señalaban sin embargo un buen seguimiento del movimiento y un funcionamiento sin grandes incidentes de los servicios mínimos impuestos por el gobierno y cuestionados por los sindicatos.
Según un corresposal de la AFP en el aeropuerto de Madrid-Barajas, sólo salieron el 20% de los vuelos en el marco de los servicios mínimos y varios aviones no pudieron viajar por falta de abastecimiento de combustible.
Los ministerios de Interior y Transportes multiplicaron los comunicados destacando el "fracaso" de la protesta y "la normalidad" de la situación.
La situación es de una "normalidad total", declaró a la prensa el ministro español de Economía, Rodrigo Rato, subrayando la "escasa participación" de los trabajadores en la huelga.
Esta huelga "constituye el mayor fracaso del Partido Socialista en veinte años", afirmó el ministro, haciendo recaer la responsabilidad de la huelga, convocada únicamente por los sindicatos, sobre el principal partido de la oposición.
UGT y CCOO acusaron por su parte al gobierno de "encubrir las actuaciones policiales con datos que no se corresponden con la realidad".
Según los dos sindicatos, la huelga fue seguida en el 95% del sector de los transportes terrestres y en el 70% del transporte aéreo.
En la región de Cataluña (noreste), una de las más industrializadas de España, el seguimiento de la huelga fue del 90 al 95%, y "prácticamente del 100%" en la industria, según los sindicatos.
CCOO y UGT preveían además un seguimiento del 70 al 80% en la educación.
Los primeros afectados por la huelga fueron los servicios nocturnos de las industrias, donde se registro un "gran éxito" en los turnos de madrugada, según el responsable de la UGT, Toni Ferrer.
Los transportes públicos sintieron los efectos de la huelga desde comienzos de la mañana, al igual que la construcción y la administración. En Madrid, el metro circulaba según un plan de servicio mínimo que preveía el 40% de los trenes, pero los conductores iban escoltados por policías.
Al final de la mañana, la atención se centraba en el alcance de la huelga en los comercios y principalmente los grandes almacenes, frente a cuyos centros habían piquetes y policías.
Varios incidentes estallaron, sobre todo en Madrid, entre militantes sindicales y policías y un total de 31 personas fueron detenidas, según el ministerio del Interior.
RENFE, la compañía ferroviaria estatal, registró algunos actos de "sabotaje" de las vías, principalmente en los alrededores de Barcelona (nordeste).
Las radios y los canales de televisión funcionaban con normalidad, mientras que la prensa ni se vendía en los kioskos, cerrados, ni se distribuyó a los suscriptores.
En todas las ciudades de España estaban previstas manifestaciones durante el día, las dos principales en Madrid y en Sevilla (sur), donde el viernes y el sábado se celebra una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.