BERLIN.- La policía alemana confirmó hoy que la colisión ocurrida la pasada noche entre un avión de pasajeros ruso, que viajaba de Moscú a Barcelona, y uno de carga, causó 71 muertos, de los que 52 son menores, e informó de que se han recuperado 26 cadáveres.
Las autoridades germanas han tardado en dar a conocer el número definitivo de víctimas (en un primer momento hablaron de unos 140 muertos y después de más de 80), pese a que en Moscú se anunció ya esta madrugada que en el avión Túpolev 154 de la compañía Bashkirian Airlines viajaban 69 personas.
El otro avión era un Boeing 757 de la empresa DHL, que volaba de Bérgamo, en Italia, a Bruselas, y en el que sólo viajaban el piloto británico y un copiloto canadiense.
En una rueda de prensa del Gobierno de Baden-Wúrttenberg, a la que asistió también el ministro federal de Transportes, Kurt Bodewig, se informó de que de momento se han recuperado 26 cadáveres y se han descubierto 57 lugares en los que están esparcidos restos humanos.
Esta tarde llegará a Alemania una delegación rusa de 10 ó 12 expertos que colaborarán con la oficina alemana de investigación criminal en las tareas de identificación de los cadáveres, que resulta particularmente difícil porque los aviones, tras chocar, cayeron en llamas desde una altura de 12.000 metros.
El jefe del gobierno regional del citado Estado federado, Erwin Teufel, informó de que 800 agentes y 550 voluntarios de los Cuerpos de Bomberos, de la Cruz Roja y de organizaciones de Protección Civil participan en las labores de rastreo que empezaron poco después de producirse el accidente, la pasada medianoche.
Además de a las víctimas, los equipos buscan la segunda caja negra ya que de momento sólo se ha encontrado la del Túpolev.
Los investigadores esperan que las grabaciones de las cajas negras revelen lo ocurrido en los últimos segundos antes del accidente, que pueden determinar los sucedido después.
Las primeras informaciones, facilitadas por la compañía suiza de control aéreo de la zona, incluso la parte alemana, el piloto del Túpolev fue avisado 50 segundos antes de la colisión de que se encontraba en la misma trayectoria que el Boeing.
El piloto, por razones aún desconocidas, no reaccionó de inmediato, y fue necesario un segundo aviso, pero para cuando cambió el rumbo el Boeing, que estaba dotado de un sistema de radar, había cambiado automáticamente de ruta, por lo que el choque pudo ser la consecuencia de un intento por ambas partes de evitar la colisión.