GAZA.- El líder palestino Yasser Arafat, despidió el jueves a su jefe de seguridad en Cisjordania, en los primeros indicios de una reestructuración de alto nivel en la Autoridad Nacional Palestina, bajo intensa presión de Estados Unidos para que lleve a cabo una reforma amplia de su gabinete.
Un funcionario palestino de alto nivel dijo que Jibril Rajoub, el poderoso jefe del Servicio de Seguridad Preventiva en Cisjordania y una vez considerado uno de los sucesores potenciales de Arafat, de 73 años, recibió el jueves los documentos que oficializaban su despido.
Arafat decidió el miércoles trasladar a Rajoub a Jenín en calidad de gobernador y nombrar al actual gobernador de la norteña ciudad cisjordana, Zuhair Manasra, al cargo de jefe del Servicio de Seguridad Preventiva en Cisjordania, dijo a Reuters el funcionario palestino.
Mientras tanto, el jefe de la policía palestina, Ghazi al-Jabali, decidió el jueves dimitir y postularse a la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina en las elecciones que se celebrarán dentro de seis meses, tras una controversia sobre si Arafat había tratado de destituirlo, dijeron fuentes palestinas de seguridad.
La confusión ensombreció el levantamiento de los toques de queda diurnos en ciudades cisjordanas reocupadas por fuerzas israelíes después de atentados suicidas en Jerusalén, perpetrados por militantes rebelados contra la ocupación de Israel.
Algunos palestinos salieron de sus casas para abastecerse de provisiones antes de que el Ejército del Estado judío vuelva a imponer los toques de queda al anochecer.
La confusión sobre Rajoub y Jabali ha reforzado la impresión de caos en la Autoridad Nacional Palestina tras 21 meses de violencia, y ha afectado negativamente los intentos de restaurar la confianza en Arafat, a quien Estados Unidos desea ver lejos del poder.
Arafat no ha hecho declaraciones sobre la agitación política interna. Se espera que se postule y probablemente gane las elecciones presidenciales que convocó para mediados de enero.
Improbable que EE.UU. suavice postura
Cualquiera que sea el resultado de la lucha de poder entre los dirigentes palestinos, es muy probable que no satisfaga totalmente a los críticos de Arafat en Estados Unidos.
En una entrevista con Reuters el miércoles, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, reiteró la posición de Washington de que no conversará más con Arafat y dijo que las autoridades estadounidenses iniciaron esfuerzos diplomáticos para atraer a los renuentes europeos al proceso de paz.
Powell dijo que pronto se reuniría con sus homólogos de un "cuarteto" de mediadores para el Medio Oriente y varios líderes árabes a fin de sostener nuevas conversaciones sobre el conflicto palestino-israelí.
El Presidente estadounidense, George W. Bush, dijo en junio que no se adelantarán pasos hacia la creación de un Estado Palestino si los propios palestinos no escogían a nuevos dirigentes que "no estén comprometidos con el terror" y realizaban reformas democráticas.
Arafat respondió la semana pasada con una convocatoria a elecciones para enero y anunció una reforma de las instituciones palestinas, entre ellas los servicios de seguridad, acusados por Israel de no ser capaces de impedir los atentados suicidas en que han muerto decenas de israelíes.
Aunque funcionarios estadounidenses e israelíes han expresado escepticismo sobre los planes de Arafat, los palestinos, incluso los que se quejan de corrupción e ineficiencia de la Autoridad Palestina, salieron a apoyarlo.
Continúa violencia
Sin embargo, la agitación política en el seno de la dirigencia de la Autoridad Nacional Palestina fue rápidamente eclipsada por actos de violencia en el Medio Oriente y en el extranjero.
Un coche bomba estalló la noche del jueves en Gaza, matando a un militante palestino y a otra persona, en un ataque que fue calificado de inmediato por militantes de grupos palestinos de "asesinato".
Miembros de las brigadas mártires de Al-Aqsa, un grupo armado vinculado al movimiento Fatah de Yasser Arafat, acusaron a Israel de "asesinar" a uno de sus miembros en la ciudad de Gaza, bajo la autonomía de la Autoridad Nacional Palestina.
El militante muerto fue identificado como Wael al-Namara y sus compañeros dijeron que era miembro del servicio Palestino de Seguridad Preventiva.
La explosión hizo pedazos al automóvil y provocó una humareda cerca del campo de refugiados de Shati en la Franja de Gaza.
El Ejército israelí no hizo declaraciones al respecto.