MADRID.- El candidato de izquierda a la presidencia de Brasil y puntero en las encuestas, Luiz Inacio Lula da Silva, dijo en una entrevista publicada el lunes que si es elegido su gobierno no se plegará a los edictos del Fondo Monetario Internacional.
"Nuestro gobierno no renunciará a su soberanía y no aceptará fórmulas preparadas de antemano ni imposiciones. Vamos a hablar y negociar. Si tenemos que regresar al FMI, y espero que eso no suceda, será en diferentes condiciones, en un tipo diferente de acuerdo", dijo Lula al periódico español La Vanguardia.
Lula, del Partido de los Trabajadores, mantiene una cómoda ventaja en las encuestas con un 39 por ciento de la intención de voto. El fin de semana comenzó oficialmente en Brasil a campaña presidencial para reemplazar al presidente Fernando Henrique Cardoso.
Lula, que ha aspirado cuatro veces a la presidencia y sus campañas anteriores perdieron vapor en la recta final, tiene nerviosos a los inversionistas extranjeros desde que declaró sus intenciones de renegociar la deuda del país, de 250.000 millones de dólares.
Cardoso dijo a La Vanguardia que Cardoso ha permitido que las especulaciones dominen las políticas económicas, lo que ha dejado vulnerable a Brasil.
"Nuestra mayor preocupación es que la víctima de estas especulaciones son los pobres, que no juegan en la bolsa ni tienen cuentas de banco", explicó.
Lula señaló que los acuerdos firmados entre Cardoso y el FMI han sido "ruinosos y mal hechos" y que la economía brasileña es más sólida que la de su vecino Argentina.
El candidato presidencial también planteó la posibilidad de renegociar acuerdos con compañías extranjeras encargadas de servicios públicos esenciales.
"Los acuerdos existentes se cumplirán, pero eso no nos detendrá de renegociar y rediscutir, por ejemplo, los contratos de concesión de energía", añadió.
"Quiero dejar en claro que no estoy hablando de romper contratos sino de tratar de renegociar acuerdos. No vamos a penalizar de ninguna manera a las partes. Vamos a ofrecer soluciones viables", dijo Lula.
En un intento de atraer a los inversionistas escépticos, Lula prometió además que no piensa crear nuevos impuestos ni aumentar los existentes.