KABUL.- Las banderas de Afganistán fueron colocadas hoy día a media asta en los edificios públicos del país al decretarse un "día de duelo nacional" en memoria del vicepresidente Haji Abdul Qadir, quien fue asesinado el sábado a tiros por desconocidos.
Servicios religiosos especiales se realizaron en mezquitas de la capital, pero los comercios no cerraron sus puertas y el día transcurrió normalmente, con el intenso y acostumbrado tráfico en las calles de Kabul.
Qadir, quien era uno de los tres nuevos vicepresidentes y también ministro de Obras Públicas, fue víctima del segundo atentado mortal contra un miembro del gobierno afgano este año.
En febrero, el ministro de Turismo, Abdul Rehman, murió baleado en el aeropuerto de Kabul, en circunstancias que todavía no han sido aclaradas.
La muerte de Qadir representa un duro golpe a los esfuerzos del presidente afgano, Hamid Karzai, por establecer un gobierno capaz de ayudar al país a recuperarse de veintitrés años de guerra y a celebrar elecciones generales en dieciocho meses.
Karzai exhortó el martes a los afganos a unirse en un "día de duelo nacional" y ordenó que las banderas ondearan a media asta en todo el territorio y en las misiones diplomáticas de Afganistán.
Qadir, quien fue baleado en su automóvil al ser emboscado frente al edificio de su oficina de Kabul, era un veterano de guerra miembro de la etnia Pasthún -como Karzai- y un personaje que desempeñaba un papel importante en una nación dividida por rivalidades étnicas y regionales.
Los asesinos de Qadir dispararon más de treinta tiros contra el automóvil de su víctima y después escaparon en un taxi.
Los dos asesinos tranquilamente subieron a un auto y abandonaron la escena del crimen, lo que llevó a las autoridades a arrestar a varios guardias del ministro -designados por su predecesor- por no haber hecho nada para impedir el asesinato.
Lo único claro en las investigaciones es que Qadir, como muchos líderes y caudillos afganos, no pudo haber llegado al poder sin ganar enemigos, especialmente dentro del lucrativo tráfico de drogas entre el este de Afganistán y Pakistán.
Qadir fue uno de los pocos integrantes pashtún en la Alianza del Norte que derrocó al régimen Talibán del poder, el año pasado, con el respaldo aéreo estadounidense, lo que ha aumentado las conjeturas de que pudo tratarse de un ataque Talibán.